Por: Roger Rivero
Las familias hispanas comúnmente son numerosas, y la fiebre de los SUV también les invade. Con los Minivanes en decadencia, una de las opciones más económicas para trasportar varios pasajeros es el Mitsubishi Outlander, que por menos de $25,000 dólares ofrecen un utilitario de tres filas de asientos. Lástima que, a pesar de lo atractivo del precio, sean necesarias otras consideraciones antes de tomar la decisión de compra, pues si bien el Outlander tiene sus valores, hay elementos en los que queda rezagado con la mayoría de sus competidores.
Para el 2018 Mitsubishi ha tomado por asalto el mercado de Norteamérica ofreciendo una versión del Outlander hibrida enchufable a la corriente, un modelo que, si bien ha estado disponible en Europa desde el 2013, es una novedad en este tipo de autos en esta parte del mundo. Aunque nos hubiera gustado probar el hibrido, nuestro modelo para esta semana fue un Outlander SEL S-AWC, que está cerca del tope en la alineación solo aventajado por el Outlander GT. Lo primero que salta a la vista es que a pesar de las recientes actualizaciones, este modelo sigue pareciendo un poco obsoleto. El tren de poder no es eficiente, el manejo es negligente en el mejor de los casos y en el interior, aunque cómodo, esquiva en atractivo.
La generación actual del Outlander comenzó en el año modelo 2014, y desde entonces se han actualizado regularmente. El modelo 2016 obtuvo un estilo exterior renovado y un sistema de navegación actualizado. El pasado año la incorporación de una pantalla táctil y una cámara de vista trasera fueron añadidas de forma estándar, Apple CarPlay, Android Auto y monitoreo de punto ciego estuvieron disponibles como opciones.
La mayoría de los cambios en el Outlander 2018 se relacionan con los niveles de acabado y características de equipamiento. Por ejemplo, hay un nuevo acabado de edición limitada LE que ha sido colocado entre el SE y SEL. El nivel de acabado ES básico ahora recibe la pantalla táctil de 7 pulgadas como estándar y el GT superior tiene una cámara de estacionamiento de 360 grados y volante térmico como equipamiento estándar. Mitsubishi también ha actualizado el aspecto del Outlander con nuevos diseños de paragolpes delantero y trasero, luces diurnas LED, y una nueva consola central.
Con la excepción del modelo GT tope de gama, el motor estándar es de 4 cilindros en línea de 2.4 litros que produce 166 caballos de fuerza con un consumo de 25 millas por galón en la ciudad y 30 en la carretera y una milla menos para los modelos con tracción total como el que nosotros probamos. Estos números son atractivos para un SUV con tres filas de asientos. Un motor mayor V-6 de 224 caballos de fuerza solo está disponible en el acabado más caro GT, y tiene un rendimiento de 20/27 millas por galón de gas.
El Outlander es silencioso cuando lo manejas, aunque bajo presión el ruido del motor de 4 cilindros en combinación con la transmisión continua penetra con demasiada intensidad en la cabina. El paseo es sedado pues la suspensión se las arregla bien amortiguando imperfecciones de la carretera, pero esto también contribuye a un excesivo movimiento del cuerpo cuando se toman curvas cerradas. El manejo es uno de los lados flacos del Outlander. Es mejor llevarlo por la autopista que por las carreteras secundarias.
La cabina del Outlander ha recibido mejoras. La construcción es aceptable y han mejorado los materiales, pero el diseño es anticuado. Queda rezagada cuando hacemos comparaciones, y es que sus competidores han progresado mucho en este frente en los últimos años. El espacio al frente y en la segunda fila de asientos no es el mejor de la calase, pero es lo suficientemente abundante como para colocar al Outlander por encima del Toyota RAV4 y el VW Tiguan. Por suerte este Mitsubishi aventaja a casi toda la competencia con una tercera fila de asientos que, si bien es muy angosta, si pudiera acomodar a los más chicos de la casa. Otro aspecto que pide a gritos una renovación es el sistema de info-entretenimiento. Si bien es rápido y fácil de usar, la interfaz es anticuada con menús de caracteres pequeños y las opciones limitadas.
Mitsubishi ofrece el Outlander 2018 en cinco acabados. El ES, SE, LE y SEL con un motor de cuatro cilindros y tracción delantera. Agregar tracción en las cuatro ruedas cuesta $ 1,500 en el ES y $ 2,000 en él resto. El Mitsubishi Outlander GT es el más alto de la gama con motor V6 y viene de serie con tracción total. El Outlander PHEV híbrido enchufable solo está disponible en los ajustes SEL y GT. El modelo más barato ES, tiene precio de entrada de $23,945. El GT en el otro extremo comienza en los $32,245 y viene con techo solar, un sistema de sonido Rockford Fosgate de nueve parlantes, calefacción en el volante y cámara de 360 grados.
El atractivo más grande del Outlander son las tres filas de asientos, pues excepto el Tiguan de Volkswagen ningún otro competidor la ofrece. Pudiéramos mencionar también el precio, pues en realidad es el más económico de su clase, pero faltaríamos a la verdad si no mencionáramos que en algunos casos la diferencia de precio es poca, por lo que el nuevo comprador debe hacer su labor de indagación antes de tomar una decisión final.