La Corte Suprema dijo el miércoles que considerará si restringe el acceso a un medicamento abortivo ampliamente utilizado, incluso en los estados donde el procedimiento todavía está permitido.
El caso se refiere a la mifepristona que, combinada con otra droga, es uno de los métodos de aborto más comunes en Estados Unidos.
La decisión significa que el tribunal de tendencia conservadora volverá a meterse en el debate sobre el aborto después de anular Roe vs. Wade el año pasado, alterando el panorama del derecho al aborto en todo el país y provocando que más de la mitad de los estados prohibieran o restringieran severamente el procedimiento.
El nuevo caso podría decidirse en julio, ubicando a la Corte Suprema en medio de las elecciones presidenciales, donde el acceso al aborto vuelve a ser una cuestión clave.
Por ahora, la mifepristona sigue disponible y no está sujeta a las restricciones que, según los tribunales inferiores, deberían imponerse a su uso. El tribunal superior determinó en abril que el acceso al medicamento se mantendría sin cambios hasta que finalice el proceso de apelación.
El Gobierno de Joe Biden y un fabricante del medicamento solicitan a los jueces que revoquen una decisión de un tribunal federal de apelaciones que, de permitirse que entre en vigor, restringiría el acceso al medicamento. Al mismo tiempo, grupos y médicos que se oponen al aborto quieren que los jueces vayan incluso más lejos que lo que hizo un tribunal federal de apelaciones conservador y sostengan que la aprobación inicial del medicamento en 2000 también fue ilegal.
Detrás del desafío legal
Un elemento central de la disputa es el alcance de la autoridad de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para regular la mifepristona, un medicamento que la comunidad médica ha considerado seguro y eficaz. Ha sido utilizado por millones de mujeres en todo el país durante las más de dos décadas que lleva en el mercado.
El medicamento fue aprobado inicialmente por la FDA en 2000, pero en 2016, 2019 y 2021, la FDA implementó modificaciones que harían que el medicamento fuera más fácilmente accesible. Esas modificaciones estaban relacionadas con cuestiones como la dosificación y los requisitos de dispensación en persona. Los cambios también permitieron tomar el medicamento más adelante en el embarazo.
Quienes se oponen –incluidos médicos y grupos que se oponen al aborto– argumentan que la FDA no hizo lo suficiente para estudiar las implicaciones de seguridad del medicamento cuando aprobó su uso y lo hizo de más fácil acceso en los años siguientes.