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Altar (México), 11 feb (ELINFORMADORUSA/EFE).-
A pesar del reforzamiento de la vigilancia fronteriza con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, cientos de inmigrantes continúan llegando al límite entré Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos) con la intención de cruzar irregularmente hacia los Estados Unidos porque «no tienen tiempo de ver las noticias», según señalaron a EFE encargados de albergues y centros de atención humanitaria.
El sacerdote católico, Prisciliano Peraza García, fundador del Centro Comunitario de Atención al Migrante y Necesitado (CCAMYN) de Altar, municipio ubicado a 98 kilómetros de la frontera, explicó que el flujo migratorio persiste porque los migrantes no tienen muchas opciones ya que vienen huyendo de la pobreza o la violencia en sus países.
“Ni cuenta se da la gente (inmigrantes) que ya llegaron, ellos siguen su proceso, siguen en su caminar, con su ideal de llegar allá (EE.UU.).
Ellos no tienen tiempo para ver noticias, entonces van a lo que van (cruzar la frontera)”, aseguró Peraza.
La pasada semana, el Ejército mexicano y la Guardia Nacional comenzaron su operativo conjunto en la frontera, en cumplimiento de la promesa de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, de reforzar las medidas contra la migración irregular y el tráfico de fentanilo.
Sheinbaum defendió como un «buen acuerdo» el despliegue de 10.000 elementos de las Fuerzas Armadas en la frontera con Estados Unidos, donde Trump aseguró en una publicación que estos «soldados específicamente estarán designados para detener el flujo de fentanilo y migrantes».
Traficantes de personas han encarecido el costo
En los últimos meses, el padre, quien a través del CCAMYN ha brindado atención humanitaria a miles inmigrantes, nacionales y extranjeros, aseguró que los servicios de los traficantes que cruzan a los indocumentados ilegalmente a través de la frontera se han profesionalizado, encarecido y son mucho más discretos.
“Su infraestructura ha crecido mucho, y se han profesionalizado los servicios (traficantes de personas), de tal manera que hoy es mayor la oferta que se da a quienes vienen por aquí (Altar). Por supuesto que son otras las formas, pero la migración se sigue dando”, agregó.
Actualmente, en ciudades de paso para los indocumentados que van hacia la frontera entre México y los Estados Unidos, como es el caso de Hermosillo, capital de Sonora, el flujo migratorio se nota en el ‘Comedor y Dispensario, San Luis Gonzaga’, ubicado junto a las vías férreas y donde diariamente llegan migrantes del sur de México y Centroamérica, para alimentarse, recibir atención médica y después subirse al tren para continuar su viaje hacia el norte.
En este sentido, el doctor Alberto Encinas Félix, quien diariamente consulta en el ‘Comedor y Dispensario, San Luis Gonzaga’, explica cuál es el estado general de la salud de los inmigrantes, cuando apenas van hacia el peligroso desierto de Sonora y el muro fronterizo, es una de las partes más difíciles de su ruta.
“Son personas que viven en estado marginal, en situación de calle, entonces la mayoría de los problemas y patologías dependen de la época del año. Por ejemplo, ahorita en invierno, vienen con mucha gente en los trenes y se contagian de infecciones virales, las gripas están a tope ahorita; otro padecimiento son las lesiones cutáneas por la falta de aseo y mala alimentación”, explicó el doctor.