Por Joel Morales/GRAND RAPIDS, MI
José Guadalupe Morín, de 71 años, propietario del negocio E & J Laundromat en la avenida Kalamazoo SE en Grand Rapids, quien disparó un arma contra un joven de 16 años, que pensaba le iba a robar unos cigarrillos en septiembre del 2023, fue sentenciado a 60 días detrás de las rejas el miércoles 12 de marzo en la Corte del Circuito 17 en Grand Rapids.
El comerciante, quien originalmente enfrentaba un cargo de agresión con intención de causar grandes daños corporales menos de homicidio, asalto agravado y un cargo por poseer un arma de fuego, sometió una declaración en el mes de enero de «No lo Contenderé», lo que significó que no pelearía los cargos en su contra. Como resultado de esta declaración, el cargo de agresión con intención de causar grandes daños corporales fue despedido.
Morín, quien pudo haber recibido hasta 10 años detrás de las rejas, apareció en pantalones de mezclilla, una playera azul y una chaqueta negra en el salón de corte de la juez Christina Mims, quien impuso la sentencia.
Anteriormente el fiscal del Condado de Kent Chris Becker, dijo que basado en los hechos del caso, creía que un cargo de asalto era necesario.
«Fue un simple fraude de comercio minorista», dijo Becker. «Alguien intentó robar cosas de la tienda, pero eso es muy diferente a un robo. Por lo tanto, el fraude minorista, un simple hurto, no justifica el uso de la fuerza letal», agregó.
El menor, quien llegó al tribunal pero no estuvo presente en la sentencia por no querer estar en presencia del hombre mexicano, le dijo a su abogado que todavía padece de las heridas que sufrió en el tiroteo.
«Juez, recibimos un reporte de los servicios de la corte, indicando que no hay ningunas violaciones, ningunas problemas, algo que es perfectamente consistente con el Sr. Morín y su carácter, quien no tenía ningún récord criminal hasta el punto en que esto sucedió», le dijo el abogado del hispano a la juez. «Sometí cartas (de referencia) en nombre del Sr. Morín de su comunidad. «Todos hablan muy bien de él y lo admiran como un miembro valioso de la comunidad y de sus vecinos», a la vez le dijo.
El abogado le pidió a la magistrada que considerara suspender cualquier tiempo de cárcel y recomendó se le diera probatorio, todo esto mientras la esposa del acusado, su nuera y el esposo de su nuera, quienes estaban presentes en la corte, escuchaban desde la galería.
Luego la magistrada Mims se dirigió al hispano anciano y le preguntó, «¿Hay algo que quisiera decir antes de que lo sentencie?».
«No», respondió el hombre mexicano.
«En este momento, usted tiene 71 años y no tiene antecedentes penales. Este incidente en particular ocurrió en septiembre de 2023. Al parecer, la víctima se encontraba en su tienda con otra persona cuando decidió robar algunos artículos que usted tenía a la venta. En lugar de llamar a la policía o intentar detenerlo, eligió dispararle en la espalda mientras huía de la tienda con los artículos robados, que aparentemente eran de valor nominal», le dijo la juez.
«Y además, la juez continuó, esta víctima en particular era un niño de 16 años. Es cierto que probablemente no fue lo más inteligente ni lo mejor que pudo haber hecho, tomar la decisión de robar algo que le pertenecía a usted y salir corriendo de la tienda; sin embargo, no podemos permitir que los dueños de tiendas disparen a niños por robar», manifestó Mims. «Tomar la justicia por mano propia no sólo es desaconsejable, sino que podría haberlo matado. El joven sufrió heridas graves, tuvo que ser operado y al parecer, aún sufre las consecuencias de su decisión de dispararle en la espalda», agregó.
De acuerdo con la investigación, el hispano dijo que el joven entró a la tienda y que él le pidió que se fuera, pensando que iba a robarse algo. En la audiencia preliminar del acusado, que se llevó a cabo en noviembre del 2023, el menor y víctima, cuyo nombre no vamos a revelar por su edad, testificó que juntamente con su primo entraron a la tienda con solo $1 entre los dos, para comprar unos refrescos en el que el menor llevaba puesto una máscara de esquiar que cubría su cara excepto por sus ojos y una sudadera con gorra que le tapaba la cabeza.
El menor también admitió que al abrir la puerta detrás del mostrador del negocio donde se encontraban los cigarrillos, se encontró tirado sobre el piso y que en ese momento fue que se había dado cuenta, que su cuerpo había sido impactado por una bala.
La juez luego sentenció al hispano a 60 días de cárcel, diciéndole que creía que cierta cantidad de tiempo de cárcel era apropiado, considerando la decisión que tomó en el incidente y las consecuencias de dicha decisión.
La juez Mims a la vez le dio crédito por un día de prisión y le impuso a Morín dos años de libertad condicional, explicándole que dado que estará en probatorio podría ser elegible para una liberación anticipada después de completar la mitad del período de prueba original.
Cuando le preguntamos a la esposa del sentenciado después de la sentencia, si había algo que quería decir, respondió, «No tengo comentario».
