
Un puente que unirá a Estados Unidos y Canadá está próximo a inaugurarse en medio de un contexto político y económico tenso entre ambas naciones. Según informó Newsweek, el Puente Internacional Gordie Howe, que conectará Michigan con Ontario a través del río Detroit, será el puente atirantado más largo del país cuando entre en funcionamiento a finales de 2025.
Este proyecto, que comenzó a gestarse en 2009, se encuentra en su etapa final de construcción, pero su apertura coincide con un deterioro en las relaciones bilaterales debido a las políticas comerciales implementadas por la administración del presidente Donald Trump.
El puente, cuyo costo asciende a 6.400 millones de dólares, ha sido financiado en su totalidad por el gobierno canadiense. De acuerdo con la Autoridad del Puente Windsor-Detroit, los ingresos para cubrir esta inversión provendrán de los peajes que se cobrarán únicamente a los vehículos que crucen desde Canadá hacia Estados Unidos.
Se estima que estos peajes generarán más de 70 millones de dólares anuales. Sin embargo, las tensiones comerciales y la disminución del tráfico fronterizo han generado preocupación sobre si los ingresos proyectados serán suficientes para cubrir los costos.
El proyecto fue aprobado en 2013 durante la administración de Barack Obama, con el respaldo de las autoridades de Michigan y el gobierno canadiense. La construcción comenzó en 2018, y desde entonces se ha presentado como un esfuerzo conjunto que beneficiará a ambas naciones, empleando contratistas de ambos lados de la frontera.
Sin embargo, el panorama político ha cambiado drásticamente desde entonces. La reelección de Trump y su política de aranceles hacia Canadá han tensado las relaciones bilaterales, lo que ha llevado al recién electo primer ministro canadiense, Mark Carney, a adoptar una postura más crítica hacia Estados Unidos. Carney ha declarado que la relación tradicional entre ambos países está “terminada”.
Estas tensiones han tenido un impacto directo en el tráfico fronterizo. Según datos citados por Newsweek, los cruces en la región de Windsor han disminuido significativamente, con 67.000 vehículos menos en marzo de este año en comparación con el mismo mes del año anterior.
Esto plantea dudas sobre si el volumen de tráfico en el nuevo puente será suficiente para alcanzar las estimaciones iniciales de 6.000 cruces diarios.
El diseño del puente es otro aspecto destacado. Se trata de un puente atirantado, lo que significa que los cables de soporte están conectados directamente a las torres del puente, a diferencia de los puentes colgantes tradicionales que utilizan cables principales suspendidos.
Este diseño no solo lo convierte en una estructura imponente, sino también en un símbolo de la cooperación entre las dos naciones, según expresó Charl van Niekerk, director ejecutivo de la Autoridad del Puente Windsor-Detroit.
En sus palabras, “El Puente Internacional Gordie Howe conecta más que dos países. Es también un símbolo de una amistad duradera y un entorno compartido entre Windsor-Detroit, Ontario-Michigan y Canadá-Estados Unidos”.
Por su parte, Heather Grondin, directora de relaciones de la misma autoridad, indicó que la fecha exacta de apertura dependerá de la temporada de construcción y de la implementación de sistemas y procesos necesarios para garantizar su funcionamiento. Las proyecciones actuales sitúan la inauguración entre octubre y noviembre de 2025.
El Puente Internacional Gordie Howe no solo será una infraestructura clave para el comercio y el tránsito entre Estados Unidos y Canadá, sino que también se erige como un testimonio de los desafíos y oportunidades que enfrentan ambas naciones en su relación bilateral.
A medida que se acerca su apertura, las expectativas sobre su impacto económico y político continúan siendo objeto de análisis y debate.