Con el tiempo, la rutina nos secuestra y dificulta que destinemos un espacio para conversar con nuestra pareja. Y cuando lo encontramos, a menudo no sabemos de qué hablar porque creemos que “ya nos lo hemos dicho todo”. Estas son algunas sugerencias que te pueden ayudar a romper esas rutinas:
Apagar el televisor:
Durante algún tiempo, prescindan de la televisión a la hora de las comidas y en las veladas. Ello propiciará que se den entornos de silencio ambiental que los ayude a estimular el diálogo.
Cambiar cines por cenas:
Busquen actividades que estimulen el diálogo: salgan a cenar en lugar de ir al cine, donde ni siquiera se ven; o cambien una tarde tumbados en el sofá por un largo paseo. Salir de la casa y re descubrir la naturaleza les estimulará los sentidos.
Hacer cosas juntos:
No se dividan las tareas. Si hacen algunas cosas juntos, tal vez podrán hacer menos cosas, pero se comunicarán un poco más.
Compartir los espacios:
Tener un espacio vital propio es necesario y puede ser muy positivo para la relación, pero solamente si lo que se hace fuera de la pareja se convierte en tema de conversación.
Comentar lo que ocurre:
Hablar de las noticias, tanto de las del mundo como las de su entorno más cercano. Expresar sus opiniones sobre lo que ocurre en el entorno.