México, 26 ene (ELINFORMADORUSA/EFE).- Las relaciones entre México y EE.UU. llegaron a un punto de tensión inédito en muchos años, después de que el presidente Enrique Peña Nieto cancelara hoy su viaje de la próxima semana a Washington para reunirse con Donald Trump por los planes de su homólogo estadounidense contra el país latinoamericano.
«Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS», afirmó Peña Nieto en su cuenta de Twitter, donde reiteró, sin embargo, la voluntad de México «de trabajar con los Estados Unidos para lograr acuerdos en favor de ambas naciones».
Inmediatamente después, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, expresó la intención de EE.UU. de buscar «una fecha para concertar algo en el futuro» y anunció que mantendrá «las líneas de comunicación abiertas», además de constatar que Trump concede «una gran importancia» a la relación con México.
Spicer insistió, no obstante, en que el republicano «ha sido muy claro en su intención de construir el muro», cuyo costo sería de entre 12.000 y 15.000 millones de dólares según el Congreso de EE.UU., y «cómo sería pagado».
Y el propio Trump detalló más tarde en una reunión con congresistas republicanos que se canceló la cita porque iba a ser «estéril».
La suspensión del viaje de Peña Nieto era una fruta que caía de madura tras la avalancha de críticas recibidas por el mexicano desde el miércoles en su país por no cancelarla como reacción a la firma por parte de su homólogo de un decreto para la construcción de la famosa barrera fronteriza.
Trump había amenazado esta mañana con cancelar la reunión presidencial si México no estaba dispuesto a pagar por el «tan necesario» muro que quiere construir en la frontera común, lo que fue calificado por algunos líderes políticos opositores mexicanos de «humillación».
«Lo que faltaba: se adelanta Trump a cancelar reunión con EPN (Enrique Peña Nieto)», señaló el presidente del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, para quien «el valiente llega lo que el cobarde le permite».
El líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, animó a Peña Nieto a no asistir al encuentro «ante el nuevo exabrupto de Trump» e insistió en su propuesta de que presente una demanda ante la ONU contra el Gobierno de EE.UU. por violación de derechos humanos.
Incluso en el seno del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), la precandidata presidencial para 2018 Ivonne Ortega se atrevió a solicitar al gobernante «cancelar su viaje a EE.UU. hasta que @realDonaldTrump demuestre respeto por los mexicanos».
En declaraciones a Efe, la analista Rossana Fuentes Berain, de la consultora México Media Lab, opinó que la escalada de tensión entre los dos Gobiernos no se había visto desde hacía por lo menos un cuarto de siglo.
«Los últimos 25 años mostraron equilibrio y una forma de convivencia real» entre ambos países, pero «eso parecería estar siendo tirado por la borda», indicó.
Fuentes Berain hizo hincapié en que la etapa de entendimiento bilateral coincide con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994 entre México, EE.UU. y Canadá, y que Trump ha vilipendiado y pretende renegociar porque considera que ha dañado a la industria y el tejido laboral de su país.
Entre los últimos incidentes bilaterales al más alto nivel, recordó las consecuencias que tuvo el secuestro y asesinato en México del agente del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA) Enrique Camarena en 1985, que causó «el cierre de la frontera de más de una semana».
También recordó cuando en una visita a Washington el presidente mexicano Miguel de la Madrid (1982-1988) fue acusado por un periodista de tener 100 millones de dólares en Suiza «con una filtración de los aparatos de inteligencia» estadounidense.
En medio de las críticas internas contra Peña Nieto, el expresidente Vicente Fox (2000-2006), del PAN, espetó a Trump en un video en redes sociales: «Te ganamos la partida, te la ganamos los mexicanos, tuviste que echarte para atrás».
Fox fue casi el único que señaló a Peña Nieto como ganador de la disputa y remarcó que el país latinoamericano ha demostrado que «con México no se juega», porque los mexicanos son «chiquitos pero picosos (picantes)».
Fuentes Berain recordó que hace décadas en su país «hablar en inglés no era bien visto, no se tenía confianza en el vecino del norte», algo que «fue cambiando» con los años.
«Ahora estamos viendo el nacionalismo estadounidense; espera que veamos el mexicano, están rascando al tigre», advirtió.