Denver (CO), 8 jun (ELINFORMADORUSA/EFEUSA).- La pobreza suscitada por el alto costo de vida en Colorado afectaría el acceso a comida en cantidad y calidad necesarias de un importante porcentaje de niños residentes en este estado, según datos oficiales difundidos hoy por una agencia del Gobierno estatal y por una coalición comunitaria.
Estadísticas del Departamento de Asuntos Locales de Colorado revelan que las personas que trabajan tiempo completo y reciben un salario mínimo en este estado dedican el 66 % de sus ingresos al alquiler de una vivienda, e incluso quienes ganan el 50 % más del mínimo deben destinar la mitad de sus ingresos a vivienda.
Como consecuencia, esas familias «ya no pueden cubrir sus necesidades básicas porque no les queda suficiente dinero», lo que implica el riesgo que los hijos «pasen hambre durante el verano», la época en la que no tienen acceso a las comidas que reciben en sus escuelas, explicó a Efe Ellie Agar, portavoz de Colorado Sin Hambre.
En términos concretos, eso significa, según esa coalición, que uno de cada cinco de los 1,2 millones de menores de 18 años en Colorado corre el riesgo este verano de enfrentar hambre o inseguridad alimenticia, que es como se define el no saber cuándo llegará la próxima comida ni de qué cantidad o calidad será.
Por eso, más de 500 grupos estatales y privados se movilizarán desde hoy y hasta el regreso a clases a finales de agosto para proveer más de 1,5 millones de comidas a niños y adolescentes, sin que existan requisitos de ingresos, de inscripción o de situación inmigratoria.
El llamado Programa de Servicios de Comidas de Verano cuenta con fondos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, en inglés) y, como en los otros estados, está a cargo del Departamento de Educación local, que a su vez coordina los servicios con Colorado Sin Hambre para facilitar el acceso a los centros donde se ofrecen las comidas.
«Mantener a los niños alimentados durante los meses de verano con comidas gratis y saludables es una forma de asegurarse que cuando ellos regresen a la escuela estarán listos para aprender, a la vez que ayuda a que las familias aprovechen al máximo su presupuesto para comidas», comentó Kathy Underhill, gerente general de Colorado Sin Hambre.
El principal desafío, sostuvo Underhill, es que los interesados se enteren y accedan a los servicios que se ofrecen, por lo cual, desde la semana próxima, el personal bilingüe de Colorado Sin Hambre recorrerá tanto las principales ciudades como «remotas zonas rurales» de este estado para informar a los residentes sobre el programa.
«La meta es que nadie en Colorado pase hambre», enfatizó Underhill.