Los Ángeles, 2 jul (ELINFORMADORUSA/EFEUSA).-
iles de personas se sumaron este martes a más de 180 protestas a lo largo del país para exigir el cierre de los centros de detención de inmigrantes y cancelar la entrega de fondos al Gobierno del presidente, Donald Trump, para continuar con sus duras políticas migratorias.
Las manifestaciones se realizaron frente a edificios del Gobierno federal y oficinas de legisladores, tanto demócratas como republicanos, que regresaron a sus regiones con motivo del feriado del 4 de Julio, para que se clausuren unos centros de detención que muchos califican de «campos de concentración».
«La situación dentro de los campamentos y centros de detención es totalmente inhumana, están torturando a las familias y a los niños y hay que actuar ¡ya!», dijo a Efe la directora del grupo Families Belong Together Coalition, Sandra Cordero.
Además del cierre inmediato de estos centros y la liberación de miles de inmigrantes, tanto adultos como niños, los activistas piden a los legisladores que no aprueben más fondos para la Patrulla Fronteriza (CBP) y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), encargadas de poner en práctica las políticas de Trump.
«En septiembre el Congreso va a votar de nuevo sobre el presupuesto, y necesitamos decirle a nuestros legisladores que no deben darle un centavo más a estas agencias que están aterrorizando a los inmigrantes», explicó a Efe, vocera de la organización MovenOn, Victoria Kaplan.
Este grupo es el que está detrás de un llamado nacional de protesta en el que participan además coaliciones que representan a los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños y las que trabajan para evitar las reiteradas separaciones de niños de sus familias una vez cruzan la frontera de manera ilegal.
Los manifestantes portaron carteles en los que aseguraban que los «niños merecen cariño y no jaulas», «El amor no conoce fronteras» o «Hagamos a Estados Unidos amable de nuevo», en referencia al famoso eslogan de campaña del presidente: «Make America Great Again» (Hagamos a EE.UU. grande de nuevo).
Las protestas se producen un día después de que Trump firmara una partida de 4.600 millones de dólares en asistencia para los presupuestos de las distintas agencias federales que están saturadas por el flujo de miles de migrantes que llega cada semana a la frontera con México.
Los fondos fueron aprobados por la Cámara baja, controlada por los demócratas, que «dieron la espalda» a una propuesta de una versión similar que incluía además protección para los menores migrantes no acompañados y restricciones al uso de los fondos por parte del Gobierno, opinó Cordero.
Durante las visitas a las oficinas de los legisladores se les pide que visiten los centros de detención y sean testigos directos de lo que está pasando en estos lugares, tal y como hicieron este lunes un grupo de congresistas hispanos en Texas.
«Necesitamos que vean con sus propios ojos lo que está pasando», explicó a Efe la activista Dlyn Parra, quién participó en las protestas en Tucson, Arizona.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) informó este lunes de la muerte del undécimo indocumentado que pierde de la vida en los últimos meses cuando estaba bajo custodia federal. Se trata del hondureño Yimi Alexis Balderramos-Torres, de 30 años, quien murió el pasado 18 de junio en Texas.
Las concentraciones en ese estado recordaron este martes la memoria del inmigrante y de los otros centroamericanos que murieron tratando de cruzar la frontera, incluidos siete niños.
«No podemos permitir que esto siga pasando, no entendemos por qué no se dan cuenta», indicó la activista Gabriela Zavala, que participó en las protestas en Brownsville, ciudad fronteriza entre Texas y México.
En California hubo casi 30 llamados a protestar frente a las oficinas de legisladores demócratas y republicanos y en Nueva York los reclamos llegaron a las puertas de la congresista conservadora Elise Stefanik.
La congresista demócrata e hispana Xochitl Torres Small tuvo que escuchar los reclamos en su oficina de Las Cruces, Nuevo México, y lo mismo tendrá que hacer la senadora por Arizona Martha McSally, pues la organización Mi Familia Vota tiene programada una serie de peticiones a la republicana, que se juega la reelección en 2020.
«Este es el comienzo. Es un llamado también a los votantes para que se unan y pidan una solución inmediata y vigilen las acciones de sus representantes», insistió Cordero.
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