Texas será el próximo lunes, 20 de abril, en el primer estado de EE.UU. que levanta las restricciones impuestas para frenar el coronavirus, según lo comunicó este viernes el gobernador, Greg Abbott, tras firmar tres órdenes ejecutivas sobre esta cuestión.
Entre las tres órdenes se encuentra la primera:
«Strike Force to Open Texas», que es un equipo de expertos médicos a nivel nacional que asesorarán al gobernador en la reapertura de actividades de dicho estado.
«Los tejanos están luchando contra un desafío colosal, un enemigo invisible que ha puesto a prueba nuestras vidas y nuestros medios de vida, pero superar los desafíos es parte de lo que somos como tejanos» aseveró Abbott.
«Hemos demostrado que Texas puede continuar nuestros esfuerzos para contener COVID-19 al mismo tiempo que adopta estándares seguros que nos permitirán comenzar el proceso de reapertura de Texas».
«La Fuerza de Ataque para Abrir Texas reúne a expertos médicos reconocidos a nivel nacional con líderes del sector público y privado para lograr esta misión. Al unirnos, podemos hacer que los tejanos vuelvan a trabajar, practicar estándares seguros que eviten la propagación de COVID-19 y podemos superar esta pandemia».
En cuanto a la segunda orden tiene que ver con que la reapertura sea de forma segura y estratégica:
Esta orden establece un modelo temporal «Retail-To-Go» que permitirá que los puntos de venta minorista en Texas reabran a partir del viernes 24 de abril.
Según este modelo, los establecimientos reabiertos deben entregar artículos a los automóviles, hogares u otros lugares del cliente para minimizar contacto.
La tercera orden se relaciona con la capacidad hospitalaria y el equipo de protección personal:
La orden afloja las restricciones a las cirugías establecidas por el gobernador Abbott en marzo.
A partir de las 11:59 pm del 21 de abril hasta las 11:59 pm del 8 de mayo, todos los profesionales de atención médica con licencia y todos los centros de atención médica con licencia deben continuar posponiendo todas las cirugías y procedimientos que no sean médicamente necesarios para diagnosticar o corregir una afección médica grave de, o para preservar la vida de un paciente que, sin la realización oportuna de la cirugía o el procedimiento, correría el riesgo de sufrir consecuencias médicas adversas graves o la muerte, según lo determine el médico del paciente.
Cabe mencionar que la pandemia ya dejó 32,232 muertes y más de 680,000 infectados en el país norteamericano, mientras 58,400 pacientes se recuperaron desde el inicio del brote.