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Una noche la cual se esperaba que fuera un caos de vandalismo y destrucción resultó ser todo lo contrario y terminó siendo una noche tranquila con unos cuantos manifestantes que expresaron su sentir en la ciudad de Grand Rapids de manera pacífica y sin destrucción alguna en la ciudad.
Para cómo se vieron las cosas el miércoles pasado, después del veredicto en el caso de Breonna Taylor, una mujer originaria de Grand Rapids, se esperaba que un tumulto de personas enardecidas se apoderaran de las calles y realizaran sus manifestaciones de manera violenta y con saqueos como es la costumbre del movimiento Black Lives Matter, cosa que terminó siendo todo lo contrario.
Desde tempranas horas los dueños de algunos comercios comenzaron a retirar las barandillas de madera que tenían para evitar que las incendiaran, igualmente un grupo no muy grande de manifestantes se comenzó a congregar en el Rosa Parck Circle para manifestarse, corear cantos y expresarse en contra de la decisión de las autoridades de Kentucky.
Hasta altas horas de la noche aún se podía observar la presencia de algunos manifestantes al igual que la policía pero en un ambiente muy diferente a las veces pasadas, mismo que no generó caos alguno.
Se desconoce si fue porque desde temprano la policía realizó un gran despliegue y operativo policiaco en el cual resguardó la seguridad de toda la ciudad, por la estrategia del jefe de policía Eric Payne al arrodillarse ante la pequeña multitud de manifestantes pacíficos o simplemente al temor de ser arrestados como la vez pasada.
Lo que si es cierto es que esta primer noche de manifestaciones no hubo ni destrozos, ni saqueos, ni desastre alguno, sin que nuestra hermosa ciudad y sus negocies recibieran daño alguno. Habrá que esperar al fin de semana para ver que deparan los manifestantes.
