Por Edgar Castro/El Informador
A finales del mes de abril cientos de personas se manifestaron en contra de la solicitud para extender el estado de emergencia de la gobernadora Whitmer en Lansing como medidas adicionales para frenar el avance de los contagios de COVID19 en los inicios de la pandemia.
A pesar de que ese día se presentó una copiosa lluvia, no fue impedimento para los quejosos que se reunieron ignorando las medidas de distanciamiento social ni el uso de cubrebocas. En el lugar se observaba que todos los opositores a las medidas de la gobernadora se jactaban de no seguir las recomendaciones médicas para evitar contagiarse de Coronavirus. Ahora la pregunta que queda en el aire es: ¿Cuántos de los que se reunieron siguen con vida o no contrajeron COVID19?
Lo más sobresaliente es que estaba vigente una orden de multar a todo aquel que no siguiera las instrucciones de seguridad. Según los opositores, no estaban de acuerdo con las medidas que tomaron las autoridades, la respuesta del estado y las órdenes ejecutivas de la gobernadora para enfrentar la pandemia de COVID19 porque infringían sus derechos constitucionales violando sus libertades individuales.
“Queremos que Michigan abra, queremos que Michigan vuelva a trabajar”, resaltó Jason Howland, un organizador de la protesta. “Armamos el evento, lo pusimos en Facebook, y escuchamos que estaban eliminando eventos que tenían que ver con protestas o manifestaciones contra los deseos de Whitmer”, agregó.
Como bien conoce la plataforma social Facebook tomó medidas fuertes para eliminar los contenidos que minimizaran la gravedad de la pandemia o que incitaran a quebrantar las órdenes de salud. En el caso de la convocatoria en el capitolio era un claro desafío a las medidas fomentadas por los máximos organismos de salud que han luchado hasta la fecha para acabar con la pandemia. Incluso a inicios de abril los opositores a seguir las órdenes ejecutivas en Michigan fueron severamente criticados por organizar la “Operación Gridlock” (Operación Embotellamiento), generando caos vial en algunos puntos.
“Si voy a una protesta de distanciamiento social y sigo las reglas creadas por las personas contra las que protesto, me veo bastante tonto al final del día”, comentó Howland.
Cabe destacar que en lugar la Policía Estatal de Michigan y la Policía del Capitolio impidieron que los manifestantes ingresaran a las cámaras, manteniendo al grupo dentro de la rotonda. A diferencia de la protesta de la ‘Operación Embotellamiento’, el tráfico se movía tranquilamente alrededor del Capitolio con algunos conductores tocando sus bocinas al pasar. Lo que más impactó a quienes eran testigos de las manifestaciones fue la gran cantidad de personas con armas de grueso calibre que acudieron para protestar contra la gobernadora.
