Washington (EFE)
El Gobierno del presidente, Joe Biden, comienza este miércoles a tramitar en Brownsville (Texas) las solicitudes de asilo de los migrantes que ya se encuentran en el campamento mexicano de Matamoros, al otro lado del Río Grande (o río Bravo como se lo conoce en el norte de México). Cientos de migrantes, en su mayoría centroamericanos, han vivido por meses en ese campamento como consecuencia de la política del expresidente Donald Trump bajo la cual los extranjeros llegados a la frontera estadounidense en busca de asilo debían de aguardar en México el trámite de sus solicitudes.
En el marco de esa política, denominada Protocolo de Protección de Migrantes (MPP), conocida como «Quédate en México», cerca de 70.000 solicitantes de asilo fueron sido devueltos a México desde 2019 una vez llegaron a la frontera de los EE.UU. Grupos religiosos, de derechos humanos, y abogados de los migrantes han denunciado desde entonces el hacinamiento, la falta de sanidad y la exposición a criminales en los campamentos donde los migrantes esperan su oportunidad de una audiencia con las autoridades de migración de EE.UU.
El inicio de los trámites en Brownsville se produce días después de que el pasado viernes los EE.UU. comenzasen a dejar entrar en EE.UU. a los solicitantes de asilo de MPP por el paso internacional de San Ysidro, en el sur de California. Las autoridades migratorias en Brownsville estaba previsto que comenzasen a aceptar solicitantes de asilo el pasado lunes, mientras que en El Paso, también en Texas, se prevé que arranquen el próximo viernes. Un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) señaló que la región, en el estado de Tamaulipas, ha tenido condiciones climáticas extremas en semanas recientes cuando dos tormentas invernales dejaron a millones de personas en Texas sin suministro eléctrico.
«La atención de las necesidades humanitarias en Matamoros se ha convertido en una prioridad», añadió el comunicado. «Trabajaremos con el gobierno de México y organizaciones en el terreno para facilitar los trámites de los actuales residentes del campamento que califiquen para este programa». DHS advirtió que «las personas que ahora lleguen al campamento de Matamoros no obtendrán el ingreso a Estados Unidos al amparo de esta gestión limitada».
«El gobierno, a todos los niveles, ha sido claro: la gente no debe creer a los contrabandistas y otras personas que afirmen que la frontera está abierta ahora», agregó el comunicado. «El gobierno (de EE.UU.) aplicará las leyes de migración existentes». Asimismo, DHS señaló que los migrantes «no deben aproximarse a la frontera, incluidos los puertos de ingreso designados, a menos y hasta que tengan la aprobación y reciban información de la cita (para audiencias) mediante el proceso de registro virtual».
«La presencia física en un puerto de ingreso no es la forma de obtener el acceso a esta gestión gradual para ir cerrando el programa de Protocolo de Protección de Migrantes (MPP)», añadió. Al igual que sucede en San Ysidro, tienen prioridad aquellos con una situación evidente de vulnerabilidad y a todos a los que les permita ingresar a Estados Unidos deberán completar controles de seguridad y dar negativo en las pruebas de covid-19.