Guaymas, Son.—
La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) de Sonora informó que logró una sentencia de 42 años de prisión para la juarense Jazmín Dayana “N.”, de 23 años de edad, por el homicidio de su hijo de dos años de edad, tras localizar y comprobar que fue ella quien lo privó de la vida.
Señaló que tras realizar cateo y aportar pruebas del homicidio de un niño de 2 años e inhumación de su cuerpo, la FGJE obtuvo la sentencia condenatoria para la madre del menor.
Indicó que el pasado 25 de febrero, FGJE de Sonora activó Alerta de Protocolo Alba para la búsqueda y localización de Jazmín Dayana “N.” y su hijo, luego de que su familia perdiera contacto con ella, arribando a este puerto la abuela materna y el padre biológico del niño, a quien a partir de la denuncia se les brindó acompañamiento psicológico en todo momento.
Señaló que en menos de 24 horas, la joven fue localizada por agentes AMIC, quien no pudo explicar la ausencia del niño.
Indicó que tras investigaciones, se localizó el cuerpo del pequeño enterrado en el patio trasero de una casa abandonada.
Informó que la autopsia reveló que murió por traumatismo craneoencefálico severo, además presentó golpes y lesiones diversas, que, después se comprobó, le provocó su madre el 31 de enero, por lo cual falleció el 1 de febrero.
Señaló que Jazmín Dayana “N.”, de 23 años ante los datos de prueba, aceptó su culpabilidad y acompañada por su abogado defensor, optó por el procedimiento abreviado por homicidio infantil e inhumación cometido en agravio de su hijo de 2 años de edad.
Indicó que personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) presentó pruebas, que avaló el Juez en la Audiencia de Formulación de Imputación, cuatro días después de que se tuvo conocimiento del filicidio.
Informó que el Agente del Ministerio Público consiguió que se formulara la imputación en contra de la madre del menor, quedara vinculada a proceso y en prisión preventiva oficiosa para Jazmín Dayana “N.” Quien optó por el procedimiento abreviado, donde obtuvo una sentencia que alcanzó los 42 años de cárcel y 62 mil 734 pesos de multa.
Señala que La Trilogía Investigadora integrada por el agente del ministerio público, elementos AMIC y personal de Servicios Periciales realizó las indagatorias correspondientes, luego de que la joven fuera localizada el pasado 26 de febrero en unos departamentos ubicados en la colonia Adolfo López Mateos, en Guaymas, pero sin la compañía de su hijo.
Mencionó que fue la abuela materna y el padre biológico del pequeño Sebastiano quienes arribaron al puerto de Guaymas para formalizar la denuncia en esta Fiscalía, por la probable desaparición o extravío de la persona, ya que desde el pasado 17 de febrero perdió contacto con ella, para el día 25 del mismo mes la Fiscalía de Sonora activó el Protocolo Alba para su búsqueda y localización.
Una vez encontrada la joven mujer, asegurada y puesta bajo resguardo de elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), se inició con la búsqueda del niño de 2 años de edad, para lo cual se obtuvo una orden de cateo el día 27 de febrero.
Esta diligencia fue realizada por la Trilogía Investigadora quienes encontraron en una vivienda el cuerpo sin vida de la persona menor de edad, envuelto en sábanas y sepultada en el patio.
El cadaver fue enterrado a 1.53 metros de profundidad, además del cuerpo de la víctima, en la vivienda se recolectó como indicio un rastrillo de jardinería y una prenda de vestir.
La autopsia practicada, en el Laboratorio de Inteligencia Científica Forense (CIF) de la Fiscalía de Sonora, determinó que el pequeño presentó daño en columna y traumatismo craneoencefálico severo, lo que le causó la muerte.
Menciona que derivado de las indagatorias se estableció que Jazmín Dayana “N.” golpeó al niño contra un escalón sólido y de manera violenta el 31 de enero pasado, para finalmente dejarlo dormido, sueño del que ya no despertó.
Señala que al percatarse la joven mujer de lo ocurrido, omitió reportar lo sucedido a la autoridad, y fue hasta el 3 de febrero que lo sepultó en el patio trasero de una vivienda abandonada.