La llamada de un vecino la comunidad de Wyoming, en las afueras de Grand Rapids (EEUU), desencadenó una espectacular operación policial en la que tres personas, un agente inmobiliario y un hombre con su hijo de 15 años fueron detenidos a punta de pistola.
Según informa la cadena CNN, los tres vieron desde dentro de la casa cómo un grupo de policías armados rodeaban la propiedad a la venta. «Sabía que una vez que rodearon la casa se estaban preparando para un enfrentamiento», dijo el padre, Roy Thorne. «Y entonces mi instinto me dijo que teníamos que salir de allí, tenemos que llegar a donde puedan ver que no somos una amenaza».
Un vecino había llamado a las autoridades, a las que aseguró que un sospechoso que había sido arrestado en la propiedad una semana antes había regresado al lugar. Pero el denunciante se equivocó: se trataba de un agente inmobiliario, Eric Brown, les estaba enseñando a Thorne y a su hijo Samuel la casa.
La policía de Wyoming les ordenó salir de la casa con las manos en alto y los esposó a cada uno de ellos. No obstante la violencia de la detención, al final fueron liberados.
El agente inmobiliario declaró más tarde que el nivel de fuerza empleado para su detención fue excesiva y achacó la razón al hecho de que los tres son afroamericanos: «En ese momento, ciertamente se sintió así», afirmó.
Todo ello pese a que el Departamento de Seguridad Pública de Wyoming dijo que había realizado una revisión interna y concluyó que «la raza no jugó ningún papel en el trato de los agentes a los detenidos». «Nuestros funcionarios respondieron apropiadamente», añadió en un comunicado.
No obstante, la jefa de policía, Kimberly Kostersi, sí parece pensar que la denuncia tenia un claro sesgo racial. «Si usted ve un crimen, denúncielo», comentó en un llamamiento a la población, y añadió: «Pero si ve gente, afroamericana, cualquier minoría, no denuncie a personas que hacen cosas normales».