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Desde que inició la pandemia por Covid, otra pandemia silenciosa pero peligrosa comenzó también de la mano con el virus, se trata de la depresión la cual en los últimos dos años ha cobrado la vida de miles de personas a nivel mundial, las cuales en su mayoría han decidido quitarse la vida para no estar sufriendo de tristeza y desesperación.
Y si a esto le sumamos que vivimos en un mundo acelerado y cambiante de manera constante, esto es la combinación idónea para el desastre. Y lo peor es que existe un estigma bastante grande sobre la depresión, ya que a muchos no les gusta admitir que es un problema de salud mental, un problema que debe de tratarse adecuadamente con profesionales de la salud de lo contrario puede tener desenlaces no deseados.
Muy pocas personas desafortunadamente buscan dicha ayuda cuando se enfrentan un problema como la depresión, la mayoría no quiere o cree que se va a curar solo, pero la depresión no es cosa de juego y es necesario buscar a un profesional de la salud para que dé atención psicológica o incluso antidepresivos para controlar este mal, que sí es una enfermedad en el cerebro y no es un estado mental como muchos creen.
La cantidad de suicidios es increíble desde nivel local al mundial y aunque ya bajo a causa de que volvimos a la normalidad sigue cobrando la vida de muchas personas, y lo peor es que cada vez más jóvenes deciden tomar el camino fácil en vez de superar los problemas, y es que las nuevas generaciones son más propensas a este tipo de afecciones porque desafortunadamente no están preparados para la vida como lo éramos antes. Y es razonable que hemos enfrentado muchos problemas globales que están causando un efecto negativo en la mente de las personas.
Por esto es de suma importancia no dejar pasar tiempo y hacerles caso a las señales y en cuanto se tenga un diagnóstico de depresión buscar la atención necesaria de un profesional que los ayude a superar esos problemas. Los padres en particular deben estar muy atentos a cualquier cambio en el estilo de vida de sus hijos y no pasar por alto cualquier indicio de depresión en los jóvenes.