Editorial por Luis Molina
Hoy en día una de las carreras más difíciles por ejercer en la ciudad de Grand Rapids es la del policía, y no es un secreto que el departamento este sufriendo el desabasto de personal porque cada vez batallan más para reclutar oficiales entre sus filas por el hecho de que ya nadie quiere ser policía.
Actualmente hay alrededor de 30 puestos vacantes, y esto significa que el corporativo está incompleto, entonces como se puede hacer un buen trabajo de vigilancia si no están completos.
Esto realmente es algo delicado y con lo que tiene que estar lidiando el departamento, y si esta situación sigue así va a ser muy difícil que las calles estén suficientemente vigiladas, que los policías lleguen a tiempo a los lugares del crimen y que los maleantes y criminales sean detenidos.
Pero este problema es solo culpa de la ciudadanía, antes el ser policía era una buena carrera, con buenos sueldos, con la posibilidad de superación profesional y con respeto por la gente, pero lamentablemente este último aspecto es el que más se ha perdido, y ya no hay respeto por la autoridad.
Ahora los policías son los que les temen a los maleantes porque si los arrestan, aunque sea con el mínimo uso de la fuerza van a ser investigados y hasta en la cárcel va a terminar el policía solo por arrestar a un delincuente.
En mi punto de vista esto está mal, un oficial tiene la autoridad de usar la fuerza siempre y cuando no abuse de ella, pero la sociedad actual no entiende eso y abusa de esta situación y se ciega de los hechos. Un criminal siempre va a ser un criminal y su lugar es la cárcel.
En vista de esto ya todos temen ser policías y prefieren evitar serlo para no meterse en problemas, entonces si esta carrera se devalúa de esta manera entonces ¿Quién va a cuidar que se cumpla la ley?
Debemos de entender que la autoridad debe hacer su trabajo y que si no hacemos nada malo no tienen por qué arrestarnos o tratarnos mal, este problema de la falta de policías se va a ver a corto, mediano y largo plazo en el aumento de la delincuencia, homicidios y demás actos delictivos.