Un misterioso hombre se detuvo frente al Red Rock Resort and Casino en una camioneta cubierta con bolsas de basura.
Vestido con ropa oscura, guantes de látex negros y una máscara sobre su rostro, caminó hasta la caja registradora y le exigió dinero a la cajera, con la mano metida en el bolsillo, como si estuviera escondiendo un arma.
Eran poco antes de las 4 a.m. del 12 de noviembre de 2021. La cajera temía que comenzara a disparar, por lo que le entregó casi US$ 74.000 en efectivo.
El ladrón metió el dinero —en su mayoría billetes de US$ 100 y 20 — en una bolsa escondida en su chaqueta y se fue. Nadie pudo ver bien su rostro, pero cuando las autoridades revisaron las imágenes de la cámara de seguridad, notaron que el hombre tenía un andar inusual, pues parecía patear su pie izquierdo mientras caminaba. Fue una pista clave.
El robo, detallado en documentos de la corte federal, fue el primero de un trío de atrevidos atracos a casinos durante los siguientes tres meses, por un total de US$ 164.000 y que terminaron con el arresto y condena de Caleb M. Rogers, quien resultó ser un agente del Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas.
Un juez condenó esta semana a Rogers, de 33 años, a 12 años de prisión federal seguidos de tres años de libertad condicionada. La evidencia del caso reveló que, en el tercer robo, Rogers apuntó con su arma de fuego reglamentaria y amenazó con disparar a los empleados del casino y de seguridad.
Los robos a los casinos siguieron un patrón
Los documentos de la acusación muestran que, el 6 de enero de 2022, Rogers llevó a cabo un segundo robo en el Aliante Casino and Hotel en el norte de Las Vegas.
Esta vez, llegó al complejo alrededor de las 4:30 a.m. en un Volkswagen blanco y estacionó en un lugar para personas con discapacidad cerca de la entrada. Nuevamente usó una máscara y guantes, y se acercó a un cajero con la mano en el bolsillo y exigió dinero. Salió de la escena con US$ 11.500.
Una vez más, una revisión del video de vigilancia lo mostró caminando con el mismo andar distintivo por el casino y el estacionamiento.
Unas seis semanas después, llegó a la casa de apuestas del Rio All-Suite Hotel & Casino. Poco antes de las 7 a.m. del 27 de febrero del año pasado, los empleados del casino estaban transfiriendo dinero de una bolsa a las cajas registradoras cuando Rogers se acercó a ellos con las manos en los bolsillos.
Gritó: “Aléjate del dinero. Tengo un arma. ¡Dispararé!», según un comunicado de prensa de la Fiscalía Federal para el Distrito de Nevada.
Rogers saltó sobre el mostrador y empujó a uno de los empleados al suelo antes de agarrar casi US$ 79.000 y huir después de que un empleado activó una alarma, afirmaron los fiscales.
Durante el robo, gritó repetidamente a los empleados: “Este no es su dinero. No vale la pena perder la vida”, muestran los documentos judiciales.
Los agentes de seguridad persiguieron a Rogers hasta un estacionamiento, donde sacó un revólver plateado y amenazó con disparar cuando un agente lo derribó. Más tarde, la policía se enteró de que Rogers había cubierto el número de serie del arma con una pegatina amarilla, según muestran los documentos judiciales.
Los agentes comentaron que notaron que Rogers tenía problemas para correr debido a un aparente problema en su pierna izquierda, según muestran los documentos.
Los agentes de seguridad desarmaron a Rogers y lo retuvieron hasta que llegó la policía de Las Vegas. Cuando los policías verificaron el número de serie de su arma de fuego, calibre .357, descubrieron que pertenecía al Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas y que Rogers la había registrado durante el tiempo de los tres robos.
Después de que la Policía Metropolitana de Las Vegas detuviera a Rogers, se identificó con su número de agente, según muestran los documentos judiciales.
Rogers aparentemente buscaba dinero para pagar deudas
Una búsqueda posterior en el apartamento de Rogers en Las Vegas reveló avisos de desalojo y avisos de pago tardío, según documentos judiciales, junto con formularios de lesiones ocupacionales por una lesión en la rodilla que había sufrido en 2019.
Los fiscales argumentaron en su juicio que Rogers había robado los casinos para pagar deudas en las que había incurrido como resultado de una adicción al juego.
En julio, un jurado federal declaró a Rogers culpable de tres cargos de robo y un cargo de blandir un arma de fuego al cometer un delito.
Se enfrenta hasta a 20 años de prisión por cada cargo de robo y cadena perpetua por la condena por armas de fuego; pero su abogado pidió clemencia, citando la carrera de Rogers como agente del orden.
“Mientras que muchos de sus compañeros eligieron carreras y estilos de vida que solo les servían a ellos mismos, Rogers optó por servir en una de las profesiones más peligrosas, dedicada a proteger a nuestra sociedad”, escribió el abogado Richard Pocker en un memorando de sentencia.
La madre de Rogers, Crystal G. Rogers, también solicitó indulgencia.
“Este no es el final de su historia y él tiene la capacidad de cambiar la trayectoria de lo que lo definirá”, escribió al juez antes de la sentencia. “Estas son horas oscuras para todos nosotros. Pero es solo eso. Rezo para que esta sea su temporada de cambio”.
Pocker le dijo a CNN que está agradecido de que el juez haya considerado el servicio de Rogers como agente de policía al determinar la sentencia.