Los Ángeles, 19 sep (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
Una hispana residente de Los Ángeles fue acusada este viernes por fiscales federales de distribuir drogas que causaron sobredosis a varios compradores y causaron la muerte de cuando menos uno de ellos, informaron as autoridades.
Marisol Bolaños Hernández, de 35 años, enfrenta un cargo de distribución de drogas que resultó en lesiones corporales graves, después de que supuestamente vendió los narcóticos a dos hombres la semana pasada.
Un comprador y un amigo fueron encontrados inconscientes en la ciudad de Pasadena, condado de Los Ángeles, la noche del 11 de septiembre. Los dos hombres fueron trasladados a hospitales locales, donde uno de ellos se recuperó pero el otro murió dos días después.
Los agentes de policía de Pasadena incautaron residuos de polvo blanco del lugar donde se encontraron los hombres con la sobredosis. Según un comunicado del Departamento de Justicia, el material aún no se ha examinado para determinar qué clase de droga es.
En el hospital, la víctima sobreviviente, identificada solo como A.C., dio positivo a cocaína en su muestra de orina, y respondió después que le aplicaran naloxona, un medicamento diseñado para revertir rápidamente la sobredosis de ciertos estupefacientes.
El hombre dijo a la policía que había comprado la cocaína a “Mari” y compartió algunas de las drogas con la víctima fallecida, y que perdió el conocimiento después de consumir la supuesta cocaína, según la declaración jurada compartida por el Departamento de Justicia.
La acusación también alega que Bolaños vendió supuesta cocaína a otras dos víctimas de sobredosis el mismo día del incidente. Ambas víctimas también requirieron hospitalización y sobrevivieron. Los registros telefónicos vinculan a Bolaños con otra sobredosis fatal el 11 de septiembre.
Bolaños admitió haber vendido lo que creía que era cocaína a tres de las víctimas de sobredosis, incluido A.C., el 11 de septiembre.
La hispana se encuentra bajo custodia federal. De ser encontrada culpable del cargo que se le imputa enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 20 años en una prisión federal o una máxima de cadena perpetua.