Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Un reporte interno del FBI realizado en el 2000 pero no hecho público hasta el 2003, reveló que del 1986 al 1999, docenas de sus agentes fueron despedidos por, entre otras, mala conducta, crímenes atroces, tráfico de drogas, robo, intento de homicidio, el mal uso de informantes y por asociarse con prostitutas.
De acuerdo con el reporte, entre 8 y 9 agentes del FBI fueron despedidos cada año durante los 14 años de la investigación.
Rubén Hernández, de 35 años de edad, quien es casado y padre de dos hijos, asignado a las oficinas del FBI en Las Vegas, Nevada, fue sentenciado el jueves, 20 de abril, en la Corte de Circuito 7 por el juez Dennis B. Leiber, a 135 días de cárcel y dos años de probatoria.
El fiscal Chris Becker le había recomendado al juez que el agente hispano no fuera a la cárcel, pero el juez no estuvo de acuerdo con eso.
Antes de ser sentenciado, Hernández se disculpó con la corte y con la policía de Grand Rapids, diciéndole al juez Leiber que quería poner el incidente en el pasado y continuar con su vida.
“Voy a extrañar mucho a mi familia, especialmente a mi niño de dos años”, le dijo Hernández al juez mientras limpiaba lágrimas que le corrían por la cara. Su esposa también lloraba en la galería donde estaba sentada.
El juez le dijo al agente hispano que sentía que su arrepentimiento era sincero, y que sabía que se estaba castigando a sí mismo por lo que había ocurrido, pero que no podía dejar pasar que le había disparado a un policía de Grand Rapids (al sargento Neil Gómez).
“Es el resultado que esperaba”, le dijo el abogado de Hernández a El Informador afuera de la corte, “Pero no lo que quería”, agregó.
Fue el pasado 6 de diciembre, alrededor de la 1:30 de la madrugada, que Hernández y un colega se encontraban en Grand Rapids investigando un caso. Después de cenar en el restaurante Brann’s, donde compraron 12 cervezas, visitaron al club nocturno Sensations, donde compraron otras cinco bebidas alcohólicas. Hernández salió del club nocturno y llegó al negocio de ejercicio, Planet Fitness, en el 3681 de la Calle 28 SE donde, de acuerdo a varios clientes del mismo, estaba haciendo declaraciones preocupantes y portando un arma. Llamaron a la policía y cuando esta respondió, el agente Hernández del FBI disparó contra el sargento Gómez.
El Informador estuvo en la escena del incidente, así como también las veces que el agente se presentó a sus audiencias, donde el abogado de Hernández, Larry Willey, le dijo al juez que su cliente no se acordaba de nada de lo que había pasado la noche del incidente, que había sufrido un episodio paranoide, y que el alcohol pudo haber sido un factor en el incidente.
Al ser escoltado del salón de corte del juez Leiber, Hernández agachó la cabeza y miró en dirección de su esposa quien estuvo en la corte y después bajó el elevador entre lágrimas.