Miami, 14 jul (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, concelebró este martes una misa por Cuba en la que pidió a Dios que ayude a los cubanos que reclaman libertad en las calles y haga que las autoridades cubanas recapaciten en su «obstinación en el poder».
Wenski pronunció esas palabras en la homilía de la misa especial por Cuba celebrada en la Ermita de la Virgen de la Caridad, la patrona de Cuba, un santuario ligado al exilio cubano en Miami.
En la misa participaron la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, y el alcalde de la ciudad de Miami, Francis Suárez, y se rezó por el «eterno descanso» de las 37 víctimas del «remolcador 13 de marzo» al cumplirse 27 años de su hundimiento en la bahía de La Habana por «fuerzas represivas».
Wenski, con la mitra y el báculo de su jerarquía eclesiástica, destacó el derecho a poner «rumbo a la libertad» que tiene un pueblo «cansado de vivir con cadenas» y de «consignas de muerte».
El arzobispo subrayó que «libertad, patria y vida» es ahora el lema de los que participan en la protestas en Cuba y pidió a Dios que les ayude en esta «gravísima coyuntura».
También rogó a Dios para que las autoridades cejen en «sus llamadas a la violencia contra su propio pueblo».
«Ojalá que abra sus oídos a la voz de Dios», oró Wenski.
Antes de esta misa, con la que se inició una novena de oración por Cuba en la Ermita de la Caridad, Wenski divulgó una declaración en la que afirmó que las protestas en la isla son una «expresión legítima de las frustraciones» del pueblo y lamentó la represión por parte de las autoridades.
Según el arzobispo, «cubanos y no cubanos» saben de los «sufrimientos» de Cuba y sienten el «deber» de ayudar a su pueblo mediante la solidaridad y la oración.
«Además de la pandemia de covid-19 que ha afligido a Cuba, sus vecinos y el resto del mundo, la población de Cuba sufre una serie de carencias: falta de libertades, falta de comida y falta de perspectivas de futuro», dijo en su declaración.
Para el arzobispo católico, es «trágicamente desafortunado» que el Gobierno cubano haya escogido responder a las protestas con «acciones represivas y un discurso que amenaza con más violencia para aquellos que bajo las consignas ‘Patria y vida’ y ‘No tenemos miedo’, buscan un futuro mejor para ellos y su país».
Wenski mencionó en su declaración y también en la homilía la visita del papa Juan Pablo II a Cuba en 1998 y el mensaje que dirigió desde Camagüey a los cubanos para que sean, especialmente los jóvenes, «protagonistas de su futuro».
Entre las preces leídas durante la misa hubo una para «la extinción del comunismo de la faz de la tierra, especialmente en Cuba, Venezuela, Nicaragua y México».