Washington (EFE)
El Gobierno del presidente Joe Biden advirtió este martes que está listo para querellarse contra Texas si el gobernador de ese estado, Greg Abbott, sigue adelante con su plan de forzar el desalojo de migrantes indocumentados menores de edad. A fines de mayo, Abbott dio un plazo de 90 días para que las agencias estatales den por terminadas las licencias de los albergues y programas en Texas que cuidan de los niños que han cruzado la frontera ilegalmente y están bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
En cumplimiento de esa orden, 52 albergues que operan bajo licencias estatales, y que tienen a su cuidado más de 8.600 menores de edad, deberán cesar sus programas infantiles antes del 30 de agosto. El HHS tiene actualmente bajo su custodia, en unos 200 albergues y programas en todo el país, más de 16.000 menores de edad, en comparación con unos 22.000 en mayo. En una carta enviada al republicano Abbott por el abogado del HHS, Paul Rodríguez, se indicó que la decisión de Texas causaría un gran trastorno en estos programas.
La revocación de las licencias estatales implicaría que el Gobierno federal deberá alojar a esos niños en instalaciones de emergencia, sin licencia, donde las normas de cuidado quizá no sean apropiadas para los migrantes. Rodríguez recordó que la Constitución de Estados Unidos estipula que las leyes federales están por encima de las estatales. Asimismo, dio plazo a Abbott hasta el 11 de mayo para que aclare si Texas planifica aplicar la orden a los albergues y programas operados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), la dependencia de HHS que se ocupa de esos niños.
«Aunque preferimos resolver este asunto de forma amigable, a la luz de los aspectos legales señalados, el HHS está en consultas con el Departamento de Justicia y tiene la intención de llevar adelante cualquier acción legal que sea apropiada y necesaria para asegurar el bienestar de los menores de edad», añadió Rodríguez.
