Los Ángeles (EFE)
El muro de reglas erigido por Estados Unidos para no recibir extranjeros ha logrado mantener prácticamente “la frontera cerrada”, como pone en evidencia la reducción en la cifra de extranjeros atendidos en el centro de Caridades Católicas en el sur de Texas, asevera la hermana Norma Pimentel. Pimentel, directora de la fundación Caridades Católicas del Valle del Río Grande, dijo a Efe que el número de migrantes que logran pasar los controles migratorios en la frontera ha descendido drásticamente en comparación con la ola de extranjeros recibidos en marzo y abril del año pasado, que desbordó la capacidad del centro.
De más de 1.000 migrantes al día (a veces 1.500) hace un año el centro de acogida ahora atiende un promedio de 150, añade en referencia a los extranjeros a quienes se les permite quedarse en Estados Unidos. Aclara que estos números no significan que del lado mexicano de la frontera no haya incontables migrantes esperando una oportunidad para ingresar a Estados Unidos. Considera que únicamente en Reynosa, estado de Tamaulipas, hay unos 9.000. Las llegadas de migrantes a la frontera sur (164.973) aumentaron 7 % en febrero pasado respecto al mes anterior, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) publicados esta semana. El incremento también se vio reflejado en las expulsiones de más de la mitad de quienes fueron aprehendidos.
“La realidad que estamos viendo es que el Gobierno de Estados Unidos continúa manteniendo la frontera cerrada”, manifestó la religiosa. Agregó que “la actual Administración está poniendo un esfuerzo muy fuerte para detener los números (de migrantes) que tratan de ingresar al país”.
MURO INVISIBLE
Ese bloqueo se ha logrado mediante normas como el Título 42, que desde marzo de 2020 permite la expulsión de migrantes debido a la emergencia sanitaria por covid-19. Pese a los constantes llamados a terminar con esa política, la Casa Blanca la ha mantenido. A ello se sumó la reinstalación en diciembre pasado del controvertido programa “Quédate en México” por parte de la Administración del presidente Joe Biden, obedeciendo el fallo de un juez en una demanda de varios estados republicanos para revivir una de las medidas estrella del Gobierno del ahora expresidente Donald Trump (2017-2021).
No obstante, Pimentel asegura que la nueva implementación de los «Protocolos de Protección a Migrantes» (MPP, nombre oficial de “Quédate en México”) tiene “un enfoque diferente” al del creador del programa, que de enero de 2019 a enero de 2021 envió a más de 70.000 migrantes al otro lado de la frontera a esperar el desarrollo de sus solicitudes de asilo. “Lo está haciendo de una forma muy limitada para que de verdad sea un proceso de asilo para aquellas personas que (el Gobierno) considera que tienen la probabilidad casi segura de calificar”, señaló.
Los favorecidos vienen de países como Cuba, Venezuela o Nicaragua. Los demás son devueltos a México o a sus países de origen, lamenta. Según funcionarios de Naciones Unidos citados por el periodista Camilo Montoya de la televisora CBS, hasta el pasado domingo Estados Unidos ha devuelto a México en esta segunda etapa de MPP a 1.217 solicitantes de asilo, que deberán esperar la resolución de sus pedidos en ese país.
El Tribunal Supremo ha aceptado revisar el caso de MPP el próximo 26 de abril, cuando escuchará los argumentos de los demandantes y del Gobierno. No se espera una decisión sino hasta junio.
OTRA VISIÓN
Pero la visión de Pimentel sobre una frontera bloqueada parece no ser compartida por los republicanos en Texas. El gobernador Greg Abbott ha montado gran parte de su campaña de reelección sobre la base de reforzar el blindaje de la frontera. Por su parte el congresista Chip Roy, republicano por Texas, pidió este miércoles a sus compañeros conservadores en la Cámara de Representantes promover un juicio político (impeachment) contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, encargado del control migratorio.
“Mientras la atención del mundo ha sido dirigida a Ucrania, la frontera de Estados Unidos es más peligrosa, fracturada e insegura”, afirmó el legislador en su petición. Mayorkas viajó esta semana a México y Costa Rica para tratar con los gobiernos de esos países temas migratorios. Pimentel envió un mensaje tanto a la Administración Biden como a los legisladores en el sentido de que deben concentrarse en “gobernar nuestro país de una forma que se den soluciones a las realidades que estamos viviendo”, dando oportunidad a los extranjeros que buscan protección en Estados Unidos.
Este mensaje sobre “la responsabilidad” frente al sufrimiento humano que se vive en la frontera es el que Pimentel trae al Congreso de Educación Religiosa de Los Ángeles, que se realiza desde este jueves al domingo en el Centro de Convenciones de Anaheim. La inmigración y la guerra en Ucrania han tenido un lugar importante entre los temas de la reunión anual, considerada la más grande de su tipo en el mundo, donde Pimentel pedirá a los católicos unirse al llamado del papa Francisco para proteger a migrantes y refugiados.
Incluida en la lista 2020 TIME 100 de las personas más influyentes del mundo, la hermana Pimentel no quita el dedo del renglón para pedir protección y oportunidades para los migrantes. “Lo que está pasando en el mundo nos debe interesar, nos debe preocupar. Debemos involucramos en qué debemos hacer para ayudar”, concluyó.