Por: Cristina Vaqueiro
Recordemos que la igualdad y la equidad NO son sinónimos porque la igualdad es imposible anatómicamente. Sin embargo, la equidad de género sí es posible, y en mi opinión debería alcanzarse para romper aquellos estereotipos sociales o etiquetas conservadoras que han denigrado, menospreciado e invalidado la capacidad y la autoestima de muchas personas durante tanto tiempo.
Curiosamente, la inferioridad de la mujer no es generada necesariamente por hombres, sino por el conjunto de normas morales que nos han inculcado desde que nacimos. Así que, en vez de propiciar una batalla de género y marchar escandalosamente como si fuéramos ganado, les propongo que mejor comencemos con una introspección en donde:
1.- Dejemos de juzgarnos unos a otros
2.- Dejemos de limitar e invalidar nuestros ideales, sueños y capacidades
3.- Aprendamos a decir no y a poner un hasta aquí
4.- Defendamos nuestra integridad física, emocional y psicológica
5.- Forjemos un criterio propio al cual le seamos leales y no hipócritas
6.- Démosle valor a las cosas que realmente lo tienen
7.- Alimentémonos de las virtudes de otros en vez de sus diferencias o defectos
8.- Tomemos el éxito de los demás con orgullo e inspiración en vez de con envidia y competitividad
9.- Respetemos y démonos a respetar en cualquier contexto
10.- Demostremos con acciones en vez de palabras
11.- Inculquemos valores que generen confianza en las personas antes de imponer o controlarlas
12.- Cambiemos la educación de género por la educación de buenas personas.