Denver (CO), 28 ene (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
La Proclamación 20-0072 «Compromiso a la aceptación de refugiados en Denver» fue aprobada por los 13 miembros del Concejo Municipal, con algunas referencias a documentos similares aprobados en agosto de 2017 que restringían la colaboración con las autoridades federales, pero sin nombrar las actuales asperezas entre Denver y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
«Fue un honor trabajar en esta proclamación con otros miembros del Concejo. Yo trabajé 13 años con proveedores de servicios para refugiados y sé lo que sienten. Ellos sienten que, a nivel nacional, podemos y debemos hacer más», dijo la concejala Jaime Torres, impulsora de la medida, antes de la votación.
Torres enfatizó que en Denver «los dos poderes del gobierno» (el alcalde y los concejales) «están de acuerdo» en recibir y ayudar a migrantes, y lamentó que Colorado, tras recibir casi 64.000 refugiados durante los últimos 40 años (80 % de ellos establecidos en Denver), ahora solo recibe «unos pocos cientos».
Anteriormente, como directora de la Oficina de Derechos Humanos de Denver, Torres ayudó a fundar la Academia «Mi Ciudad» (para enseñarles a migrantes y refugiados cómo funciona la municipalidad) y el programa «Denver es mi Hogar» (para fomentar la integración de esos extranjeros).
Por su parte, la concejala Robin Kniech, copatrocinadora de la medida, subrayó que la proclamación es necesaria porque «los refugiados son parte de la gran economía de Denver», y explicó que, al contrario de lo que sucede en otros lugares, en Denver «ellos trabajan en trabajos visibles», por ejemplo en puestos de seguridad en el Aeropuerto Internacional de la ciudad.
«Ellos hacen que nuestra economía progrese. Todos nos beneficiamos. El Gobierno federal quiere hacernos creer que solo podemos progresar si otros son excluidos. Eso no es lo que sucede en nuestra comunidad. Aquí les damos (a los migrantes y refugiados) no solo seguridad, sino también una segunda oportunidad», agregó.
De manera práctica, la proclamación es el documento oficial por que el Denver se compromete a «continuar aceptando a los refugiados como miembros de nuestra comunidad», como ya lo hicieron otras jurisdicciones en Colorado (Ciudad de Aurora, Condado Adams) y, según Torres, «42 gobernadores y 90 dirigentes» de todo el país.
Sin embargo, durante las últimas dos semanas han surgido fricciones entre el ICE y Denver por la negativa de la ciudad a proveer información sobre cuatro indocumentados alojados en las cárceles locales y que la agencia federal buscaba detener.
El pasado 23 de enero, Matthew Albence, director interino de ICE, amenazó con arrestar por desacato a los funcionarios de Denver que no cumpliesen con los pedidos de la agencia. La alcaldía local respondió que solo acatará esos pedidos si provienen de un juez.