Los Ángeles, 28 jul (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
Trabajadores agrícolas latinos de una granja de pistachos del centro de California están enfrentando un doble problema con la pandemia de COVID-19: además de ser infectados con el virus fueron despedidos por, según los empleados, denunciar las pobres condiciones sanitarias de la compañía para evitar los contagios.
Las dificultades para los trabajadores de la compañía Primex Farms, en Wasco, California, comenzaron en junio pasado, cuando un brote de coronavirus se desató en la compañía que cultiva pistachos y otros productos, y donde los trabajadores aseguran no existían medidas de seguridad.
Ante la situación los empleados buscaron la ayuda de la Unión de Campesinos (UFW), que hasta el momento ha contado 99 trabajadores positivos por COVID-19, 42 adultos miembros de familia y 25 niños, entre los que se incluye un infante de dos años, para un total de 166 contagiados relacionados con la compañía.
Los empleados afectados se vieron obligados a hacer una huelga en semanas pasadas para dar a conocer la situación, que ya dejó a una trabajadora de 56 años fallecida.
DESPEDIDOS Y CON SECUELAS DE COVID-19
Armando Elenes, secretario-tesorero de la UFW, dijo hoy en una conferencia de prensa que “desafortunadamente esta compañía ha tomado una posición agresiva contra los trabajadores, tomando represalias contra ellos por hablar con la prensa, exigir sus derecho, y a este punto ha despedido a un grupo de ellos”.
UFW estima que al menos 40 trabajadores que habían sido contratados a través de un contratista fueron cesados.
“Nos dijeron que por culpa de la Unión había bajado el trabajo, la producción, y nos tenían que descansar”, explicó en la conferencia Brisdey Nieto, quien llevaba cerca de 18 meses trabajando para Primex.
Nieto, quien participó de las protestas, asegura que el mismo día que fue despedida se realizaron nuevas contrataciones, y empleados que no participaron de las protestas fueron recontratados por medio de otra agencia de trabajo.
POSITIVOS DE COVID-19 Y SIN TRABAJO
Entre los despedidos también hay trabajadores que fueron contagiados de COVID-19. Es el caso de María Irma Escobedo, quién salió positiva el pasado 15 de junio y estuvo varios días en el hospital. “Fueron días muy difíciles para mí”, relata la hispana, que sin terminar de recuperarse fue notificada de que ya no tenía trabajo.
“No se qué va a pasar conmigo; no tengo ningún ingreso. Sé que son represalias que están tomando contra nosotros por denunciar. No es justo lo que nos están haciendo”, agreda Escobedo, que llevaba dos años trabajando en la compañía.
La trabajadora agrícola, que es cabeza de hogar, advierte que no le dieron ninguna oportunidad de regresar y recuperar su empleo. “Es frustrante que yo me haya infectado y también mi hija, que también trabaja ahí, no es justo”, agrega.
Con voz quebrada, Escobedo recuerda a María Hortensia López, la campesina que falleció por COVID-19 y quien era su amiga y compañera de trabajo.
“Sigue doliendo en la forma que se fue, no pudimos despedirla. Esa muerte pudo haberse evitado. Desgraciadamente hoy no somos personas para ellos, solo somos números”, manifestó.
Primex confirmó su primer caso de COVID-19 el 10 de. Para el 25 de junio la compañía tenía 31 positivos. Doce de esos empleados estaban directamente contratados por la compañía y 19 lo estaban a través de un contratista. En este último grupo se encontraba López.
MASCARILLAS A OCHO DÓLARES
Por su parte, Marisela Medina, otra trabajadora afectada por los despidos, asegura que la compañía inicialmente no celebró reuniones para contarles lo que estaba sucediendo sobre el contagio de COVID-19 y que solo comenzó a proporcionar máscaras gratuitas a finales de junio. Antes de esto, dijo, la compañía vendían máscaras de tela por 8 dólares cada una.
“Yo tengo muchas evidencias de que no se respetaba el distanciamiento social”, aseguró Medina.
“A ellos les importa más el producto que la gente (los trabajadores) porque ya son demasiados infectados (…) que esperan que se mueran todos”, declaró la extrabajadora, quien espera que las autoridades hagan algo.
El viernes pasado, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció nuevas seguridades laborales para los empleados esenciales, incluidos los agrícolas. El 93% de los operadores agrícolas del estado son hispanos, y están siendo los más afectados por los casos de California.
Las trabajadoras aseguran que tras la protestas de junio, la compañía comenzó a tomar la temperatura y ofrecer guantes, pero aún existen muchas fallas.
En un comunicado enviado a los medios, Primex Farm dijo que la granja, a unos 150 millas (241 kilómetros) al norte de Los Ángeles, sigue las pautas de salud para prevenir la propagación del virus.
No obstante, la compañía sigue en el ojo del huracán tras los despidos.
Elenes dijo que han archivado varias quejas legales en favor de los empleados por los despidos .
“Esta empresa debe entender que no puede tomar represalias contra trabajadores que lo único que hacen es defender sus derechos», puntualizó.
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