Opinión por Héctor Loya
Cómo ya es una tradición cada 8 de marzo se lleva a cabo la conmemoración del día internacional de la mujer en la que, en su propósito inicial, se recuerda la importancia de la mujer en la sociedad y la lucha de esta para poder obtener y defender sus derechos.
Ya desde hace años se celebra a nivel mundial marchas y manifestaciones en la que miles de mujeres se dan cita por las calles de las diferentes ciudades del mundo y con carteles en mano y con canciones y coros festejan este tan importante día.
Ahora en México la cosa no es muy diferente sin embargo a estas reuniones se dan cita diferentes grupos de choque que se encargan de destruir y vandalizar la propiedad pública, quiebran vidrios, hacen pintas y grafiti, además que destruyen casetas de autobuses y plazas públicas e incendian edificios públicos gubernamentales. Esto en mi opinión es solo un pretexto para destruir porque incluso van encapuchadas, con vestimenta vulgar y algunas hasta desnudas con el afán de supuestamente llamar la atención.
Año con año me toca ver cómo dejan todo destruido a su paso bajo el tonto argumento de que lo hacen para ser escuchadas y no hay nada más lejos de la realidad porque no son escuchadas.
¿Me preguntó yo que diferencia hará que destruyan o no para ser escuchadas? Acaso no hay manera de llegar a la legislatura para que se creen reformas y sistemas de seguridad pública que garanticen la seguridad de las mujeres. Porque el senado de la república está lleno de mujeres entonces porque no crean leyes que vayan más allá de la ley Olimpia.
En mi punto de vista la lucha debe ser enfocada precisamente en ese sentido en la de legislar, porque reconozco que mi México es un país donde la mujer es vulnerada una y otra vez.
Se entiende el propósito de estas marchas y muchos hombres compartimos las ideas de la mujer, ni una más debe ser asesinada, ni una más debe ser abusada, ni una más debe ser golpeada y ninguna debe ser discriminada.
La mujer es y será siempre el pilar de la sociedad y debemos respetarla, pero para lograr un cambio las cosas deben de ser de diferente manera.
