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El caso de Debanhi Escobar nos sirvió para reflexionar sobre la violencia y cuidar a nuestras hijas

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Editorial por Luis Molina

El caso de la jovencita desaparecida en México, Debanhi Escobar, fue sin duda alguna una historia que estremeció no solo a México sino al mundo entero ya que gracias a las redes sociales nos enteramos de todos y cada uno de los acontecimientos en este caso hasta que lamentablemente fue encontrada muerta en una cisterna de un hotel.

Durante su búsqueda una serie de especulaciones rondo fuertemente las diferentes plataformas digitales, mismas que hasta el momento siguen con la incógnita y la interrogante de qué pasó.

Sin embargo y pese a esta dolorosa muerte nos deja una reflexión, principalmente como padres y como hijos, ya que las cosas no solo están feas en México sino en el mundo entero.

No es necesario ir a México para tener miedo, aquí mismo en nuestra ciudad de Grand Rapids hay tiroteos muy seguido inclusive niños han muerto a causa de esto en los pocos meses que va del año. Sin embargo, no solo es responsabilidad de los padres cuidar de sus hijos, también ellos deben ser obedientes de lo que se les dice y se les aconseja, porque quien no oye consejos no llega a viejo.

Lamentablemente los jóvenes toman todo a la ligera, salen de parranda, se emborrachan, pierden el control y el juicio de sus acciones y ahí es donde suceden las desgracias, también los padres han bajado mucho la guardia en todos los aspectos de la educación y aunque suene tradicionalista, los valores son y seguirán siendo el pilar de la educación en casa.

Porque el respeto, la obediencia y el amor a la familia no tienen fecha de caducidad y si queremos hijos educados pues como padres debemos poner el ejemplo y las reglas para que esto sea necesario.

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Bien lo dijo el otro día el papá de Debanhi en rueda de prensa “papás cuiden a sus hijos y los hijos obedezcan a sus padres”. Yo les digo esto un joven educado y una señorita educada no deben estar a altas horas de la madrugada en fiestas, parrandas y consumiendo bebidas alcohólicas.

Como lo he dicho siempre los jóvenes deben divertirse, pero de una manera sana, porque en ese tipo de diversión que les gusta es donde está el peligro y en donde está su perdición.