ERIKA MENDIVIL/ELINFORMADOR
GRAND RAPIDS MI
Tonya (un seudónimo) fue retenida en contra de su voluntad, golpeada y hecha sentir que no tenía ninguna alternativa, todo por el hombre que ella creía que la amaba.
En algunos momentos, sintió que se lo merecía y que no podía escapar. Incluso pensó que el abuso físico y emocional que ella sufría era culpa de ella. Tonya fue una víctima más de la trata de personas engañada por su pareja.
Cuando Tonya tenía 13 años, conoció a Eddie (un seudónimo) en el departamento donde vivía con su madre en el área de Dallas, Texas. «Al principio fue una relación secreta. Pensé que era lindo. Podría decir que fue muy coqueto conmigo. Hablamos y coqueteamos mucho, pero no fue mucho más que eso hasta que nos volvimos a encontrar cuando tenía 15 años.»
Finalmente se mudó con Eddie y los dos comenzaron una relación. Al principio fue todo normal cocinaba, limpiaba y cuidaba de los hijos de Eddie de vez en cuando. Sin embargo, fue cuando los dos estaban en una fiesta llena de alcohol y drogas que la relación tomó un giro.
«Se me acercó y me dijo en muchas palabras: ‘Quiero que tengas sexo con este tipo por dinero'», expresa Tonya. «Estaba muy incómoda y le insistí en que no quería hacerlo. Él siguió diciéndome, ‘Si me amas, harás esto. Es solo una cosa. Solo inténtalo.'»
Después de casi 30 minutos más de presión constante, Tonya aceptó tener sexo con el hombre. Lo que ella pensó que sería algo de una sola vez se convirtió en una rutina diaria durante las próximas semanas. Noche tras noche y bar tras bar, Tonya salía con Eddie mientras él la promocionaba a posibles «pretendientes».
La ayuda para Tonya llego mediante el agente especial de EE. UU. Keith Owens del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE. El departamento de policía de Grand Prairie, Texas recibió un aviso sobre los crímenes de Eddie al que Owens y su equipo tomaron el control y arrestaron a Eddie.
«Cualquier individuo o grupo que desee aprovecharse de las vulnerabilidades de cualquier hombre, mujer o niño y forzarlo a una vida de tráfico sexual o laboral debe ser procesado con todo el peso de la ley» señala Owens.
Eddie fue sentenciado a 12 años de prisión el 29 de mayo de 2015. Durante la audiencia de sentencia, Tonya tuvo que testificar. “Decirle públicamente a la gente sobre lo que había pasado me hizo sentirme más avergonzada porque nunca se lo había contado a nadie «, indico la víctima.
Tonya siente que su vida está un poco mejor ahora. Su enfoque es avanzar.
«Solo quiero vivir una vida normal, aceptar mi pasado y no huir de él».
Hasta entonces, ella transmite sus palabras de aliento a cualquiera que pueda estar experimentando lo mismo que ella. Desea que las víctimas de trata de personas sepan que no están solas.