México, 24 jun (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
«Se espanta uno, porque ve uno que todo se mueve, todo se mueve, que va y que viene, y uno aquí sentado. Porque ya ni modo de correr», explicó a Efe María Teresa Rosas, una paciente con COVID-19 aislada junto a otras tres enfermas.
Esta anciana, en la recta final de su recuperación, escuchó la alarma sísmica mientras comía una gelatina por encima del volumen de su radio, lo que hizo que le entrara «más miedo».
A su lado, Kelly Torres, que recibirá el alta esta tarde, confirmaba que «tembló muy fuerte, se sintió mucho» el terremoto desde su sala de aislamiento.
«Nos espantamos, porque empezó a sonar la alarma sísmica y uno no puede hacer nada. Gracias a Dios todos los médicos nos apoyaron, nos dijeron que todo iba a estar bien», reveló.
Algunos de los pacientes pudieron saber del estado de sus familiares a través de videollamadas que les facilitaron doctores y enfermeras una vez pasó el terremoto.
Los doctores ocupados en la tercera planta del Hospital Juárez, donde está el área COVID-19, tampoco pudieron desalojar el edificio una vez oyeron la alarma, 62 segundos antes del episodio, ya que su equipo especial está infectado con el virus.
«Es una sensación horrible. Mientras estás aquí en el tercer piso, la indicación es replegarte a los muros y quedarte ahí. Aunque escuches la alarma sísmica no puedes salir, te tienes que quedar aquí en el piso», manifestó la doctora Angélica Ruiz, una neuróloga que apoya en la atención de pacientes con el coronavirus SARS-CoV-2.
Ruiz aseguró que sintió «mucho miedo y angustia» mientras se replegaba en los muros de contención tras escuchar la alarma, mientras deseaba «que no se sintiera tan feo», pero que luego empezó «a moverse todo» e incluso «se rompieron tablas que son parte del apoyo de las paredes».
Esa situación de reclusión durante el sismo provocó «muchas crisis nerviosas» sobre todo entre el personal sanitario, como declaró una de las psicólogas del área de salud mental del centro, Mayela Padrón.
«Eso también influyó en que se sintieran limitados, que incrementara la angustia, además de la angustia que ya hay por el temblor que hubo hace dos años y medio. También por esta situación del coronavirus la gente esta más sensible, más susceptible», manifestó.
SIN DAÑOS
Según el jefe de Protección Civil en el Hospital Juárez, Jorge Benítez, no hubo daños ni «en la estructura del edificio ni en lo no estructural», además de permanecer intactos todos los suministros energéticos y de oxígeno.
Benito detalló que en el minuto de diferencia entre la alerta y el temblor funcionaron los protocolos para la evacuación de 1.195 personas entre sanitarios y pacientes, además de coordinar el repliegue de las 350 personas del área COVID-19.
Según el último reporte de Protección Civil a nivel nacional, el sismo ha dejado hasta el momento 4 muertos, todos en el sureño estado de Oaxaca, donde se registró el epicentro de este temblor de 7,5 grados de magnitud.