El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inauguró este sábado las “conversaciones” con ciudadanos comunes llamando por teléfono a una mujer desempleada por la pandemia por el nuevo coronavirus (COVID-19), con el objetivo de escenificar su contacto “directo” con sus compatriotas.
Debido al COVID-19, estas conversaciones tomaron por ahora la forma de una llamada telefónica desde el despacho oval; Joe Biden llamó por teléfono a Michele, una madre de familia de Roseville, California, desempleada luego de que la start-up en la que trabajaba entrara en una crisis económica por la pandemia.
Esta mujer había escrito a Joe Biden para hablarle de este “periodo difícil” y de su búsqueda de un nuevo trabajo, en un contexto en el que la pandemia por COVID-19 sigue afectando a Estados Unidos.
“Como mi padre decía siempre, un empleo es mucho más que un salario. Es una cuestión de dignidad, de respeto, de lugar en la sociedad”, le dijo por teléfono el presidente, de 78 años, de acuerdo al video publicado el sábado por la Casa Blanca.
Aprovechó también para hablar con ella del plan de estímulo de 1,9 billones de dólares que su partido se dispone a aprobar en el Congreso, pese a la falta de apoyo de los republicanos, así como la campaña de vacunación que ha prometido.
Con estas acciones de comunicación, el presidente Joe Biden pretende subrayar su empatía y marcar la ruptura con su predecesor, Donald Trump, acusado por sus detractores de haberse desinteresado de la suerte de los millones de estadounidenses afectados por la crisis sanitaria y económica.
Las llamadas del mandatario pretenden ser una versión moderna, en la era de las redes sociales, de las famosas conversaciones radiofónicas junto al fuego inaugurado en los años 1930 por su antiguo predecesor Franklin Delano Roosevelt para entrar en los hogares estadounidenses.
Trump retomó de forma esporádica esta tradición en forma de videos grabados y publicados en Facebook.