Editorial por Luis Molina
Desde que nacemos es común que uno trate de seguir los pasos de quien nos rodea, y eso lo vemos hasta en nuestros pequeñines, ya que desde muy temprana edad comienzan a imitar a sus padres ya sea en la forma de hablar, caminar, vestir entre otras cosas.
Y la realidad es que desde los comienzos de la historia el ser humano ha tratado de imitar a alguien. Sin embargo, no ha sido del todo bueno en muchos casos, porque el ir tras la multitud y hacer lo que otros hacen no siempre ha traído los mejores resultados.
Ahora está de moda el ridículo reto del #ChonaChallenge, el cual consiste en bajarse de su auto cuando aún está corriendo y bailar al ritmo de la canción “La Chona” de los Tucanes de Tijuana. Quien lo hace no solo pone en peligro su vida, sino también la de los que los acompañan y de las demás personas.
La tendencia del ser humano a seguir el ejemplo de las personas a quienes admiran ha sido perjudicial. Por ejemplo, la mayoría de los famosos han podido cumplir con este reto sin sufrir consecuencias aparentes. Por esa razón, podríamos empezar a querer imitar estas acciones sin pensar en las consecuencias que podrían sufrir, o en el peor de los casos causar un accidente.
Nos alegra que las autoridades hayan tomado cartas en el asunto y hemos visto cómo es que han arrestado a una gran cantidad de personas por tratar de seguir a los demás en este reto. Esperamos que sigan haciendo el trabajo que se les ha comisionado de proteger a la ciudadanía de estas acciones ridículas.
Como medio de comunicación nos sentimos obligados a advertir a la ciudadanía de esta y otras tendencias que pueden causar daños mayores. En la semana tuvimos una entrevista con una directora de Global Youth Leadership, quien destacó un punto muy interesante sobre estos retos. Aunque algunos no son malos en sí mismos, es el tiempo que nos lleva tomar la decisión de hacerlos, lo que debería alarmarnos. ¿Somos lanzados o impulsivos al tomar acciones que podrían dañar a nuestra comunidad? ¿Nos detenemos a pensar en lo que nuestros actos podrían provocar no solo para nosotros, sino para los que nos rodean?
Creo sinceramente que es mejor animarnos a hacer retos o “challenges” para ayudar a las personas, hacer un acto de bondad y motivar a los demás a hacerlo también. Es ahí cuando empezaremos a crecer como seres humanos.