
Tucson (EE.UU.), 27 mayo (ELINFORMADORUSA/EFE).-
Miembros y voluntarios de diversas organizaciones humanitarias en Estados Unidos y México iniciaron este lunes la edición 22 de la Caminata Migrante, la cual honra la memoria de al menos 8.000 migrantes fallecidos en la frontera entre ambos países en las últimas décadas.
Durante los próximos siete días, los participantes recorrerán la misma ruta de 75 millas (120 kilómetros) que muchos migrantes hacen a pie en su intento por cruzar la frontera de manera irregular, desde la población fronteriza de Sásabe (Sonora, México) hasta Tucson, Arizona.
«Los riesgos que toman los migrantes nunca han sido tan evidentes. La actual administración del presidente Donald Trump va más allá de décadas de negligencia deliberada y la creciente militarización de la frontera que vimos bajo otras administraciones», dijo a Efe Saulo Padilla, veterano de la caminata y coordinador del Programa Nacional de Educación Migratoria del Comité Central Menonita.
Indicó que la Administración Trump está utilizando las leyes migratorias vigentes en Estados Unidos como un «arma» para acorralar a los migrantes e incluso para atacar a todos aquellos que se oponen a sus acciones, entre ellos activistas y estudiantes extranjeros.
El evento inició con una conferencia de prensa en la ciudad de Tucson, donde se entregaron cruces de madera blancas a los participantes, que llevarán durante su recorrido como un símbolo de los migrantes fallecidos.
Muchas de las cruces solo dicen «desconocido» o «desconocida», ya que un alto índice de los restos recuperados en el desierto de Arizona no son identificados.
A diferencia de los migrantes, el grupo viajará con agua y comida suficiente, que es transportada en autos que los siguen durante su recorrido.
Desde la década de 1990 se ha documentado la muerte de 8.000 personas en la frontera de EE.UU. y México, según los organizadores.
Solo en la frontera de Arizona, durante este mismo periodo, se han documentado cerca de 5.000 fallecimientos.
Los participantes temen que el cierre de la frontera, la imposibilidad de los migrantes de solicitar asilo y las continuas redadas y arrestos de migrantes en diversas ciudades se conviertan en un detonante para que aumenten las muertes de migrantes en el desierto, particularmente en los próximos meses, cuando las temperaturas superan, prácticamente todos los días, los 100 grados Fahrenheit (38 grados centígrados).