Por Joel Morales
El Informador
WYOMING, MI
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Alrededor de las 7 de la tarde el jueves, 30 de marzo, y al cierre de esta edición, una familia de la ciudad de Wyoming encontró a una de sus integrantes muerta en el sótano de su casa ubicada en la cuadra 800 de la calle Cutler SW.
El Informador llegó a la escena cuando tres patrullas guardaban vigilancia al frente de la vivienda. También había familiares de Alissa Vogel Martineau, que entraban y salían de la residencia con posesiones en mano y se subían a varios autos estacionados afuera de la casa.
José Miranda, originario de Puerto Rico y cuñado de la difunta, le dijo al editor de este medio de comunicación, Luis Molina, que Vogel Martineau, quien era una madre de dos hijos, murió por una sobredosis de heroína. Miranda comenzó a hablar con El Informador, pero mientras hablaba se conmovió por la tragedia que acababa de ocurrir y ya no pudo más.
Mientras nos encontrábamos en la escena, llegó una integrante del médico forense que habló en breve con algunos de los familiares de la mujer a la entrada de la puerta de su casa y luego desapareció en la vivienda.
Varias personas que radican en el vecindario salieron de sus casas para averiguar lo que pasaba, un hombre hasta preguntándonos si sabíamos lo que había ocurrido.
Vogel Martineau creció en la ciudad de Caledonia y se graduó de la escuela secundaria allí en el 1998, antes de trasladarse a la ciudad de Wyoming. La mujer era una persona muy querida por su familia y amistades y siempre tenía una sonrisa en su cara.
Las muertes por el uso de la heroína han ido incrementando en el país en los pasados 20 años. De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC sus siglas en inglés), las muertes aumentaron de 8,280 en el año 1999 a 33,092 en el año 2015. De acuerdo con el CDC, más personas murieron por causas relacionadas con el uso de la heroína en el 2015, que por homicidios por armas ese mismo año.
Mientras en la escena, también vimos a una mujer que revisaba un documento en la puerta de la residencia, y quien lloraba abiertamente. Al salir la familia de la casa, solo se miraban las luces prendidas en la residencia, mientras que el equipo forense que llegó a la escena de la tragedia, conducía su investigación del incidente.