Frontliners – GrandRapids – MI-S
Clover Stewart ha pasado gran parte de los últimos 14 meses colocando a fallecidos de COVID-19 en bolsas para cadáveres. A veces se ha sentido como una de las muchas víctimas vivas de la pandemia: trabajadores de la salud de primera línea que, en el apogeo del brote de COVID-19, han asistido en una sola semana promedio a más muertes espantosas que las que habrían presenciado en toda su vida en circunstancias normales.
Una noche de marzo de 2020, en medio de los esfuerzos frenéticos del personal médico, de los sombríos sonidos de pacientes jadeando por respirar y del olor acre a desinfectante, el trabajo de Clover se volvió muy personal: reconoció a una de las fallecidas como la recepcionista con la que ella y su hija embarazada habían hablado recientemente en una consulta médica.
“Le pedí a Dios no volverme loca”, dijo Clover, quien trabaja en una unidad de cuidados intensivos en Brooklyn (Nueva York) y cree que solo gracias a su fe ha podido sobrellevar la situación. Esa noche,
tan acompañada por la muerte y agobiada por la posibilidad de que ella y su hija hubieran contraído el virus, recibió un mensaje de voz. Un testigo de Jehová estaba haciendo un esfuerzo especial por verificar el bienestar de sus compañeros de creencia que son profesionales de la salud y, al mismo tiempo, animarlos con un versículo bíblico alentador.
“Dios estaba conmigo”, dijo Clover al reflexionar en la certeza de que Dios ve sus lágrimas.
En el año que ha seguido, este enfoque espiritual la ha ayudado a ella y a otros trabajadores médicos de primera línea de su comunidad religiosa a combatir el desgaste mental y emocional provocado por esta pandemia.
“Lo que los trabajadores de la salud están experimentando es similar a una guerra civil”, dijo el doctor Andrew J. Smith, director del Programa de Traumatología Ocupacional de la Universidad de Utah, del Instituto de Salud Mental Huntsman, en un comunicado de prensa de su institución.
Según un estudio realizado por el equipo del doctor Smith, más de la mitad de los médicos, del personal de enfermería y de los socorristas que atienden a pacientes de COVID-19 podrían sufrir uno o más problemas de salud mental, entre ellos el estrés traumático agudo, la depresión y la ansiedad.
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Durante el año 2020, y mientras que la propagación del virus intensificaba, Levi Calduch, paramédico viviendo en Grand Rapids, sintió de diferentes maneras el aumento en su estrés. Él recuerda que durante los primeros meses de la pandemia el equipo de protección personal estaba escaso, causándole inquietud al pensar en su propia salud y la de su familia. También recuerda los momentos cuando respondía a emergencias, pensando: “¿Tiene COVID éste paciente? ¿Puede que éste sea el paciente que quizás me dé COVID a mí y a mi esposa y niños?”
Con cada mes que pasaba, y con cada ola de infección que resurgía, Calduch se sentía más afligido al responder a las llamadas de emergencia y al ver en su comunidad el incremento de “personas desatendidas”. Él explica que “Normalmente, alguien visitaba [a los necesitados] – familia, amigos, vecinos – para averiguar cómo se sentían, quizás limpiaban su casa, y atendían algún problema pequeño [de salud] antes de que se convirtiera en algo más serio.” Pero Calduch observa que, durante la pandemia, “con más personas aislándose,” este tipo de asistencia era más escaso.
Con la ayuda de un gran grupo de amigos, Calduch pudo lidiar con su estrés. Como testigo de Jehová, participó en grupos de mensajes de texto con miembros de su congregación donde “a diario nos manteníamos al tanto el uno del otro,” ofreciendo ayuda práctica y encomio. Calduch también se benefició de un programa regular de estudio bíblico y meditación – incluyendo reuniones con su congregación dos veces por semana, de manera segura a través de video- conferencias. El añade, “Lo que ha hecho una diferencia es el ver a mis hermanos y hermanas cara a cara, por decirlo así, conversando con ellos antes y después de las reuniones.”
Las asociaciones psicológicas y psiquiátricas estadounidenses, si bien no defienden ni respaldan a ninguna religión en particular, sí reconocen que la espiritualidad y la fe religiosa contribuyen a hacer frente a la angustia y los traumas.
El doctor Lawrence Onoda, psicólogo clínico en Mission Hills (California), señaló varias formas en que la espiritualidad ayuda, como proporcionar “una esperanza y una razón para vivir, consuelo al pedir respuestas y fuerzas a un poder superior, y una experiencia compartida de apoyo y sentido de comunidad”.
Llenar el “tanque” espiritual también ha ayudado a contrarrestar el cansancio emocional de atender a los pacientes durante la pandemia, dice Adrian Barnes, un paramédico de helicóptero con sede en Sacramento (California).
Durante su viaje diario de una hora de ida y vuelta al trabajo, escucha canciones religiosas animadoras y grabaciones de las Escrituras en JW Library, una aplicación gratuita de los testigos de Jehová para Android e iOS, cuyo contenido está también disponible en jw.org. “Eso me mantiene concentrado y tranquilo —señala—. Es como si Dios me hablara en el camino al trabajo y de regreso”.
En sus turnos de 24 horas ve dolor, sufrimiento y desesperanza. “Puede ser emocionalmente agotador”, reconoce.
Este paramédico recuerda que, cuando llegó a un centro para transportar a una paciente de COVID-19, la vio a ella y a los demás pacientes acostados boca abajo en sus camas de la UCI a fin de reducir la presión sobre los pulmones. En ese momento surrealista, al escuchar el flujo intermitente de aire presurizado de más de una docena de ventiladores, se dio cuenta de la brutalidad despiadada de la pandemia.
“Aquello me abrió los ojos —dijo—. Solo puedo hacer lo mejor que puedo. Llega un momento en que tienes que buscar ayuda de alguien más grande, y ese es Dios».
Rodeada de muerte dentro del gélido remolque donde descansan temporalmente las víctimas del COVID, a Clover Stewart le vienen a la mente pasajes bíblicos que ofrecen consuelo, paz y esperanza. Nunca se olvida de orar ni de dar gracias por su familia en la fe.
“Dios me sostendrá durante todo esto”, aseguró.
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