Denver (EFE)
El gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, anunció este miércoles que vetará un proyecto de ley, aprobado en primera instancia por la legislatura unicameral del estado, para otorgar beneficios por desempleo a los trabajadores inmigrantes legales, ante la posibilidad de que personas indocumentadas también reciban esos beneficios. Nebraska es en la actualidad el único estado que no utiliza fondos propios para ayudar a inmigrantes legales desempleados.
Por eso, el senador demócrata Mike McDonnell, de Omaha, introdujo el proyecto de ley LB21-298 que, de entrar en vigor, permitiría que “todos los trabajadores legalmente presentes en Estados Unidos” reciban beneficios por desempleo si realizaron las contribuciones correspondientes durante su tiempo de trabajo. Para enfatizar el requisito de la presencia legal, el proyecto explícitamente indica que, antes de otorgar beneficios, el Departamento de Trabajo de Nebraska (NDL) deberá usar la base de datos federal conocida como Verificación Sistemática de Beneficios para Extranjeros, o SAVE.
Esa base de datos no solamente establece si una persona está legalmente en el país, sino también qué beneficios le corresponden. Sin embargo, en declaraciones preparadas, Taylor Gage, portavoz del gobernador Ricketts, sostuvo que, aun con esos recaudos, “la LB21-298 dará beneficios a los inmigrantes ilegales”. “Nada en las enmiendas técnicas (del proyecto de ley) cambia lo que es fundamentalmente una propuesta injusta que socava las reglas legales”, expresó el portavoz en clara referencia al hecho que el primer párrafo de la LB21-298 habla de “justicia para los trabajadores”.
De esa manera, si la ley fuese aprobada, el republicano Ricketts la vetaría, incluso cuando la medida cuenta con el respaldo de la Cámara de Comercio de Nebraska y de los comerciantes y empresarios de Lincoln, la capital estatal, y Omaha, la ciudad más poblada del estado. Por su parte, McDonnell defendió su propuesta subrayando que la LB21-298 “no proveerá” ningún tipo de beneficios para indocumentados. Además, dijo, confía en contar con los votos necesarios para que la ley sea aprobada, aunque no la cantidad suficiente como para evitar el veto de Ricketts. En enero pasado Ricketts expresó que no permitiría que inmigrantes indocumentados fuesen vacunados contra el covid-19, sosteniendo que aquellos “sin estado legal” serían “los últimos” en vacunarse.
Y en marzo, Ricketts se negó a recibir a inmigrantes menores de edad no acompañados, explicando que solo usaría los recursos de Nebraska “para servir a nuestros niños” y sugiriendo que sería mejor que esos niños y sus padres se reuniesen “en sus países de origen”. Según un reciente estudio realizado por el American Immigration Council, los inmigrantes representan el 9 % de la fuerza laboral de Nebraska, es decir unas 93.000 personas. A la vez, según datos del Censo, 7 % de los casi dos millones de residentes en Nebraska son inmigrantes, lo cual revela que existe una sobrerrepresentación de inmigrantes entre los trabajadores de ese estado.
