La proclamación solicita que los inmigrantes demuestren que tendrán un seguro de salud dentro de los 30 días posteriores a su ingreso al país o que pueden pagar cualquier gasto médico.
Esta proclamación fue llamada por La Casa Blanca como «proteger los beneficios de atención médica para los ciudadanos estadounidenses», ya que aseguran que los inmigrantes sin seguro crean una carga financiera para los hospitales y los médicos, obligándolos a cobrar tarifas más altas para que los estadounidenses cubran el costo.
Dicho seguro puede ser otorgado por un empleador o adquirido individualmente, los inmigrantes no podrían obtener una visa si usan los subsidios de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio al comprar la cobertura. Los subsidios de la ACA, pagados por el gobierno federal, generalmente ayudan a los compradores a ahorrar cientos o miles de dólares por año al comprar un seguro de salud.
La proclamación presidencial no afectará a refugiados, solicitantes de asilo o personas con visas de visitante temporales. La medida entrará en vigencia el 3 de noviembre.
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