Washington, 22 jul (ELINFORMADORUSA/EFEUSA).-
El documento, reseñado por medios locales y cuya publicación está prevista para este martes en el Registro Federal, da cuenta de las nuevas directrices para las deportaciones aceleradas, rubricadas por el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan.
La medida apunta a aquellos extranjeros que están en EE.UU. «sin haber sido admitidos o en libertad condicional luego de la inspección de un agente de inmigración en un puerto de entrada» -proceso que se aplica para los solicitantes de asilo- y a quienes no llegaron por mar, los cuales no ha estado físicamente en el país en los dos años previos a que se determine su inadmisibilidad.
Además, afectará a quienes han estado en el país continuamente durante al menos 14 días, pero menos de dos años.
La nueva directriz no afecta a los extranjeros que llegan a los puertos de entrada -mayoritariamente en busca de asilo- que, según el documento, «ya están sujetos a una deportación acelerada».
Según la norma, los extranjeros que sean colocados en un proceso de deportación «acelerada» y que manifiesten su intención de solicitar asilo al expresar temor a ser perseguidos, torturados o de regresar a su país «será entrevistado por un oficial de asilo» que determinará su tiene «un temor creíble».
«Si el oficial de asilo determina que el extranjero ha establecido un temor creíble; el extranjero será remitido a un juez de inmigración para que siga considerando su solicitud de asilo en los procedimientos», reza en el documento.
Al reaccionar al anuncio, la directora ejecutiva del American Immigration Council, Beth Werlin, consideró que con la expansión de la deportación acelerada se socava el principio fundamental de «imparcialidad» y se obliga a las personas, incluido cualquier ciudadano estadounidense, a probar de que no debe ser deportado.
«El aumento de la deportación acelerada en todo el país es una expansión sin precedentes de la autoridad de ejecución del Departamento de Seguridad Nacional que pondrá a muchas personas en riesgo de deportación ilícita», advirtió.
Esta decisión se conoce después de que el pasado 15 de julio, el Gobierno de Trump anunciase, mediante una medida presentada por el Departamento de Justicia y el DHS, que impedirá otorgar el asilo a los inmigrantes que no lo soliciten antes en un «tercer país seguro».
«Un extranjero que entre o intente entrar en EEUU a través de la frontera sur después de no haber solicitado protección en un tercer país fuera de sus países de ciudadanía, nacionalidad o de última residencia legal habitual que hubiese transitado en camino a EE.UU. no es apto para asilo», señaló la orden publicada en el Registro Federal y que entró en vigor el pasado martes.
La Administración Trump ha endurecido su política migratoria, en un intento por frenar la llegada masiva de inmigrantes a través de la frontera con México, donde, según el gobernante estadounidense, se vive una «crisis humanitaria».
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