Miami, 5 abr (ELINFORMADORUSA/EFEUSA).- La organización Human Rights Watch (HRW) consideró hoy que las leyes estadounidenses «deben cambiar» para que los inmigrantes beneficiados por muchos años con el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) puedan obtener una estadía «legal» y «permanente» en el país.
«Las leyes de EE.UU. deberían cambiar para ofrecer un camino hacia un estatus legal y permanente a las cientos de miles de personas que han vivido muchos años en este país bajo el programa TPS», resaltó hoy HRW en un comunicado.
En marzo pasado, HRW entrevistó a varias familias haitianas radicadas en Miami cuyas vidas, hechas en este país, «corren el riesgo de perder su estatus de protección», y, en diciembre pasado, la organización «documentó el daño causado al deportar a inmigrantes autorizados y no autorizados sin una adecuada consideración de sus derechos al hogar y la familia».
El promedio de tiempo transcurrido en suelo estadounidense por los haitianos acogidos al TPS es de 13 años, mientras que el de los salvadoreños ronda los 21 años, dijo Clara Long, investigadora de HRW.
«El Congreso de EE.UU. debería no abandonarles (a estos inmigrantes) a merced de un sistema de inmigración roto que no presta atención a los lazos familiares y comunitarios que han construido en Estados Unidos», subrayó Long.
El año pasado, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que no renovará el programa de amparo TPS a los ciudadanos de Sudán, Nicaragua, Haití y El Salvador, tras una extensión final de 18 meses.
Una medida que dejaría sin amparo migratorio al concluir septiembre de 2019 a cerca de un millar de sudaneses, 5.000 nicaragüenses, 60.000 haitianos y 260.000 salvadoreños, agregó.
En cuanto a los 86.000 hondureños acogidos al TPS, el Gobierno estadounidense decidirá en mayo próximo si renueva su estatus.
HRW recordó que las leyes internacionales de derechos humanos exigen una «audiencia justa e individualizada para cualquier persona que se enfrente a la deportación», y que esta ley debe también «sopesar los lazos de una persona con las familias y comunidades» del país.
«Un sistema humano y racional no debe esperar hasta el momento de la deportación para considerar estos temas», apostilló HRW.
Por el contrario, el Congreso de EE.UU, pidió, «debería crear un programa de legalización justo e inclusivo que otorgue el debido peso a los lazos de los inmigrantes» con el país.
HRW exhortó al Gobierno estadounidense a que «respete y proteja» a las familias en el marco de sus políticas migratorias y «proporcione un proceso de legalización que proteja eficazmente los derechos básicos de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes» indocumentados.