Por: Roger Rivero
La competencia, ese ánimo de rivalidad con un contrincante, es una de las virtudes que más admiro del capitalismo. El mejor auto hibrido que ha conocido el mercado, el Toyota Prius, ha esquivado por muchos años un competidor serio…quizás hasta ahora. Hyundai no solo ha querido abrirse paso a puro codazo en este sector, si no que presenta sus cartas credenciales con un producto que no pasa inadvertido, el Hyundai Ioniq.
Asistimos hace unos meses al lanzamiento de este auto en Raleigh North Carolina, y en escasas horas de manejo marcó buenos puntos en nuestra tabla de evaluación. Ahora lo hemos tenido por una semana, tiempo suficiente para explorar sus ofrecimientos y encontrar sus carencias. Hyundai no esconde su pretensión de atacar frontalmente al Prius. Promueve al Ioniq como más eficiente, de mejor manejo, más variado en opciones y de menos costo que su rival de Toyota.
El Ioniq viene en tres variantes, el modelo híbrido con un motor de gasolina combinado con un motor eléctrico, un híbrido enchufable a la red eléctrica – que es básicamente igual que el híbrido, pero con una batería más grande para almacenar la carga – y una versión puramente eléctrica (EV). Si ha visto uno de estos autos en la calle, posiblemente le ha resultado familiar en apariencia. El nuevo Ioniq está diseñado deliberadamente para ser convencional. Nada de extravagancias o provocaciones. Un hatchback de cinco puertas con un bajo coeficiente de resistencia al aire, que no se diferencia mucho del Prius en su apariencia exterior. Es en el interior donde comienzan a notarse las diferencias. Mientras que el Prius trató en el último rediseño de llamar la atención con un interior algo caótico y chocante, Hyundai ha dejado al Ioniq en la zona convencional, haciendo buen uso de los espacios y materiales. El diseño limpio de toda la gama de Hyundai se replica aquí, aunque hay más plástico duro del que nos gustaría ver. El sistema de información y entretenimiento es también superior al del Toyota, no solo en el tamaño de pantalla, también en funcionabilidad y facilidades de conexión.
La variante hibrida que probamos viene con un motor de 1.6 litros I-4, acoplado a un motor eléctrico de 32 kW y una batería de iones de litio de 1.56 kWh. El tren poder de este Ioniq otorga una eficiencia de 55 millas por galón en la ciudad y 54 en la autopista. El Ioniq aventaja al Prius con 18 caballos de fuerza, mientras que entrega dos millas más por galón de gas. El más eficiente Ioniq Blue entrega impresionante números de consumo de 58 millas por galón en manejo combinado.
Desde nuestra prueba en el lanzamiento en North Carolina, advertimos con rapidez que el manejo del Ioniq supera a su contraparte y no por poco. Con ambos motores trabajando, el Ioniq hibrido tiene un rendimiento bastante bueno, rápido en las arrancadas y muy parecido a muchos hatchbacks de gas. Si logra salir de una parada en el semáforo con poca aceleración, el motor eléctrico se encargará de la tarea, con transición al motor convencional sin sobresaltos. Es evidente que este auto ha sido creado para manejo urbano, con una dirección ligera, muy fácil de manejar. Sin embargo, su comportamiento en carretera no decepciona. Muestra buen agarre y poco rodamiento del cuerpo, características no siempre presentes en modelo híbridos. Hay una opción de manejo Sport, que ciertamente lo hace más disfrutable al volante, pero no creo muchos de sus dueños lo colocarán en esta forma de manejo, cuando es precisamente el ahorro, la razón por la que un auto de este tipo atrae.
Las opciones de seguridad estándar no son abundantes en el Ioniq, todo lo contrario. Solo cámara en reversa es ofrecida para todos los modelos, quedando el frenado de emergencia automático con detección de peatones, alerta de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, asistencia de cambio de carril, sensores de aparcamiento trasero, advertencia de salida de carril, faros adaptativos y control de crucero adaptativo, disponibles solo en paquetes de mejoras que comienzan en los $1,000. Esta es un área donde queda en desventaja con el Prius, que, como otros modelos de Toyota, incorpora de forma estándar una cantidad sustancial de prestaciones de seguridad.
El terminado básico del Hyundai Ioniq hibrido comienza en los $22,200. Como comentamos, viene desprovisto de opciones de seguridad y no hay disponibilidad de paquetes para mejorarlo. El Ioniq SEL es la segunda opción y comienza en los $23,950. Viene con alerta de punto ciego, asiento eléctrico con calefacción, y la posibilidad de agregarle frenado de emergencia, advertencia de salida del carril y crucero de velocidad inteligente por unos $1,000 más. El tope de gama es el Hyundai Ioniq Limited que comienza en los $27,500.
La mejor opción la encontramos en el Ioniq SEL con el paquete tecnológico, que lleva el precio a los $25,785, unos $1,500 menos que el Prius y en buena equivalencia de opciones. En el más altos de los acabados, el Ioniq Limited con todos los paquetes quedaría en unos $31,335, algo por encima del Prius Four Touring en los $30,900. A este nivel, ambos autos están muy bien equipados, pero francamente, notamos ventaja en el Ioniq en materia tecnológica y de conectividad.
El último aspecto para comparar es el que demuestra ser imposible de conjugar. El Ioniq es un modelo totalmente nuevo, del cual desconocemos su confiabilidad, mientras que el Prius de Toyota, es un mocetón rozagante de 20 años, que ha demostrado tener una salud vigorosa. Pocas visitas al taller lo consagran como un modelo muy confiable, algo que Hyundai solo puede contrastar con su sólida garantía.
Solo el tiempo dirá cuán lejos llegará el Ioniq. Prius por su parte sigue en movimiento, no tan ágil como antes, pero con mucha ventaja.