Weaverville (CA), 29 sep (EFE News)
Los dos grandes incendios declarados más recientemente en California siguen avanzando este martes a gran velocidad y totalmente descontrolados, en medio de una sequedad absoluta y unas temperaturas más altas de lo habituales.
En el norte del estado, entre Weaverville y Redding, el bautizado como fuego de Zogg, que se inició el domingo por la tarde por motivos aún bajo investigación, ya se ha cobrado tres víctimas mortales, ha destruido 146 edificios y arrasado 16.315 hectáreas en menos de 48 horas.
Según los últimos datos del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire), los 700 bomberos que trabajan en las tareas de contención aún no han logrado ningún avance significativo y prevén una jornada difícil este martes a causa del viento, el calor y la poca humedad.
Unos 370 kilómetros al sur, en las regiones vinícolas de Napa y Sonoma, otro gran incendio declarado también el domingo amenaza las inmediaciones de Santa Rosa, la mayor ciudad del conocido como «país del vino», y los bomberos tampoco han logrado ninguna contención.
Este fuego, bautizado como Glass, ha destruido 80 edificios y quemado 14.664 hectáreas, y en él trabajan más de un millar de bomberos que tienen como prioridad su flanco occidental, para evitar que las llamas se acerquen más a la ciudad.
Impulsado por los fuertes vientos, el incendio ha triplicado sus dimensiones en la noche del lunes al martes y ha obligado a desalojar la totalidad de la población de Calistoga, de 5.200 habitantes.
Estos dos son los que, por su rápida expansión y la dificultad para controlarlos, más preocupan en estos momentos a los equipos de emergencias, pero en torno a otra veintena de fuegos siguen activos en el estado, algunos de los cuales desde hace ya un mes y medio, y decenas de miles de personas permanecen evacuadas.
Los tres fallecidos en el incendio de Zogg elevan a 25 el número total de muertos por los fuegos en California desde mediados de agosto, según el recuento oficial de Cal Fire, aunque otras fuentes no oficiales sitúan la cifra por encima de la treintena.
En las últimas horas, los vientos cálidos han llegado a alcanzar velocidades de más de 80 kilómetros por hora, y las temperaturas marcaron récords de 39 grados Celsius en Napa y 35 grados en Oakland, en una de las múltiples olas de calor que está viviendo el oeste de EE.UU. este 2020.
«No se prevén precipitaciones significativas en el corto plazo, por lo que California permanece seca y abonada a incendios forestales», indicaron desde Cal Fire este martes en un comunicado.
Por su parte, el gobernador del estado, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia en los condados de Shasta, Napa y Sonoma (los tres afectados por los dos fuegos más recientes), e instó al presidente de EE.UU., Donald Trump, a declarar la zona «desastre mayor» para permitir la llegada de más fondos de asistencia financiera.