Por: Roger Rivero
A los fabricantes de automóviles de lujo les queda claro en qué dirección sopla el viento estos días. El gusto del consumidor norteamericano es bien preciso cuando hablamos de automóviles: “SUV crossover” es la preferencia de las masas, y los fabricantes toman nota. Seis de los 10 vehículos de lujo más vendidos durante el pasado año tienen algo en común, son SUV.
Jaguar ha tenido mucho éxito con su primer SUV el F-Pace, al que adjudican más del 80% de sus ventas globales, por lo que agregar otro miembro a la familia es una decisión lógica. Así han introducido un modelo completamente nuevo para el 2018, el SUV compacto E-Pace. El E-Pace comparte su estructura corporal básica, tren motriz y otros dispositivos con dos modelos de la familia Range Rover Evoque y el Land Rover Discovery Sport. Sin embargo, Jaguar ha trabajado duro para mantener las dos marcas diferenciadas, lo que le da al E-Pace un carácter único que va más allá de la epidermis. El nuevo E-Pace es más rápido, deportivo y divertido de conducir que cualquiera de los Rovers, lo que le garantiza una buena relación con los que aprecian los autos por cómo se sienten al conducir.
El E-Pace ofrece dos opciones de motor. El motor base es en 2.0 litros de 4 cilindros turboalimentado que produce 246 caballos de fuerza y uno de 296 caballos que viene en los modelos R-Dynamic. En la práctica, los motores no son tan diferentes, y en honor a la verdad tampoco son tan buenos como muchos otros motores de los SUV subcompactos de lujo de la competencia. El motor del Jaguar se siente poco refinado, y en las mañanas cuando el auto esta frio, es ruidoso como uno diésel. Todos los E-Pace traen una transmisión automática de 9 velocidades. La economía de combustible es más bien estándar para su clase, logrando 21 millas por galón en la ciudad y 28 en carretera.
Puesto en marcha, el manejo de este pequeño Jaguar enseña sus garras. Mediante algún tipo de alquimia inteligente, Jaguar ha creado un vehículo que es más dinámico de lo que sugieren sus números de caballos de fuerza o libras pie de torque. El E-Pace funciona maravillosamente mientras lo fuerzas en carreteras rurales donde abunden curvas y espacio para probar su aceleración. Su centro de gravedad es relativamente bajo, lo que hace que sea fácil deslizarse impunemente, mientras que la dirección precisa y progresiva permite correcciones de curso simples antes de que las cosas salgan terriblemente mal. El mismo motor que suena balbuceante en las mañanas, tiene un gruñido delicioso cuando el acelerador esta pisado a fondo, y la guja del tacómetro se acerca ansiosamente a su línea roja. Es excitante llevarse al Jaguar E-Pace a un paseo sin restricciones para que enseñe sus encantos.
Otros encomios merecen este nuevo Jugar por su atractivo diseño exterior y el buen diseño y terminado interior. Jaguar eligió para el diseño del E-Pace al quipo más joven que pudo encontrar. Aunque el E-Pace es relativamente alto en comparación con los “compañeros” de su clase, incluso el resto de la alineación de Jaguar, el peso visual del crossover es mucho menor gracias a las líneas esculpidas hacia la parte inferior del cuerpo. De perfil, las líneas de las ventanas de E-Pace son engañosas, su línea del techo no cae tan dramáticamente como lo indican las ventanas traseras. Es una línea de diseño que parece prestada de Mazda o Porsche, y que en el Jaguar brinda un buen aspecto sin comprometer el espacio interior.
En teoría, el E-Pace compite nominalmente con el Mercedes-Benz GLA-Class, el Audi Q3 y el BMW X1, pero en realidad es más grande que todos ellos. El E-Pace es al menos tres pulgadas más ancho que los competidores de lujo y su espacio interior se utiliza mejor. Los pasajeros del asiento trasero obtienen más de 35 pulgadas de espacio para las piernas, lo que es más que suficiente incluso para los más altos.
Muchos compradores pagan precios más altos por modelos de lujo porque quieren vehículos que anuncien un aire de prosperidad y éxito. Una forma en que estos modelos transmite este mensaje es a través del diseño de la cabina. El E-Pace de Jaguar viene con una cabina que causa una buena impresión. Anclado por una amplia pila central, el interior del crossover se ve moderno y asertivo. Los materiales utilizados son de primera clase, y la cabina exhibe la atención meticulosa a los detalles que distingue a los mejores vehículos de lujo. Muchos de estos vehículos a veces ofrecen muy poco cuando hablamos de equipamiento estándar. Esto para forzar a los compradores a un gasto adicional, que implica la compra de prestaciones como frenado de emergencia o sensores de estacionamiento. Con el E-Pace, los futuros compradores obtienen una sólida gama de servicios estándar. Los modelos base vienen con faros LED automáticos, limpiaparabrisas con sensor de lluvia, control de clima de doble zona y una pantalla táctil de 10 pulgadas.
También incluyen características de seguridad activa, como sensores de estacionamiento delanteros y traseros, una cámara retrovisora, asistencia para mantener el carril y un monitor de somnolencia del conductor. El equipo estándar también incluye un sistema de mitigación de colisión delantera que frena automáticamente a velocidades de hasta 49 mph cuando el conductor no se percata de algún peligro inminente al frente. Una de mis únicas quejas en este auto es un mal que arrastra toda la familia Jaguar: uno de los sistemas de información y entretenimiento menos atractivo de toda la industria.
Jaguar está tratando de lograr mucho con el E-Pace. El objetivo final es un SUV deportivo de alto nivel que sea silencioso, cómodo y divertido de conducir, y Jaguar ha tenido éxito en gran medida. Sin embargo, viene con un precio que puede hacer que esté fuera del alcance de algunos compradores en este segmento. El modelo base comienzan en $ 38,600, y el terminado de Primera Edición que es el más caro de la gama comienzan en $ 53,550 dólares. Es cierto que tiene un motor más potente, es más grande y trae más prestaciones estándar que la competencia, pero si el presupuesto no es holgado, al final del mes cada dólar cuenta.