Por Joel Morales
El Informador
WYOMING, MI
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El jefe de policía del Departamento de Seguridad Pública de la Ciudad de Wyoming, James Carmody, de 64 años de edad, ha recibido el honor más alto de la Asociación de Jefes de Policía del Estado de Michigan: “La medalla presidencial”.
El lunes, 10 de junio, que marcó su undécimo año como el jefe de policía de Wyoming, el director del departamento habló con El Informador durante una entrevista en su oficina.
“Es muy emocionante haber recibido este reconocimiento”, nos dijo el jefe de policía, James Carmody, quien dijo haber recibido el premio durante una presentación en la conferencia anual de los jefes de policía del estado a fines de junio. “No hay un honor más grande que ser reconocido por tus mentores y colegas”, agregó.
El jefe de policía fue seleccionado para recibir la medalla presidencial por su dedicación y compromiso más allá de sus tareas normales de su profesión. En los pasados cinco años, la medalla, que es el premio más alto y raro de la asociación de jefes de policía, solo ha sido dada a dos directores de departamentos de policía en Michigan.
El próximo mes Carmody cumple 42 años de trayectoria como policía, y dijo que, saber que su trabajo ha tenido un impacto en la comunidad, es algo de mucha satisfacción. Dijo que el premio es señal de los sacrificios que su esposa y familia han tenido que hacer durante muchos años.
“¿Y cuantos años más piensa seguir en esta carrera?”, le preguntamos al jefe de policía.
“Por ahora no tengo planes de jubilarme”, dijo Carmody. “Nuestro trabajo, además de proteger, es guardar la paz y asegurar que la comunidad se sienta segura. Quiero continuar haciendo esto”, agregó.
El jefe de policía dijo que otra parte de su posición que le da mucho gozo es ver a los agentes de la ley progresar y ser exitosos, desde su primer día que llegan al departamento hasta que suben en promoción y rango. También dijo que se siente confiable del futuro, porque hay mucho talento que viene detrás de él en el departamento.
El jefe de policía Carmody compartió dos experiencias de entre sus cuatro décadas de servicio como policía, que dijo es lo que lo motiva a levantarse todos los días y ponerse el uniforme.
“Nunca sabes con quien te vas a encontrar ni las cosas que te va a traer el día. Una vez que estaba terminando mi turno, la última llamada que entró fue de una mujer embarazada quien decidió tener a su bebé en su casa y yo ayudé en su parto”, dijo el jefe de policía. “En el segundo, recibí una llamada de una anciana que su esposo se había caído de la cama. Llegué y le ayudé a subirlo de nuevo, cuando noté unas medallas en su pared”, agregó.
Carmody dijo que al anciano le dio mucha vergüenza el haberse caído de la cama, pero que después le comentó que había estado en el cuerpo de la infantería de marina y había servido en el pacífico. Comenzaron a platicar, y que la anciana hasta le sirvió una taza de té mientras hablaban.
“Yo me fui de ese incidente sintiéndome muy honrado. Aquí estaba un anciano de mucho orgullo, que había dado de su servicio a la nación, quien se había avergonzado de haberse caído de la cama, pero a la misma vez gustoso que yo había estado interesado en su vida”, dijo el jefe de policía. “Nuestro desempeño como oficiales de la ley es divertido, pero también puede ser desafiante, y puede tener un efecto en la gente de por vida, ya sea de manera positiva o negativa. Es increíble que nos den su confianza total, dejándonos entrar a sus casas”, concluyó.
