Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Un joven mexicoamericano de 16 años, cuyo padre y madre son originarios de México, compartió con El Informador su experiencia el miércoles pasado, día que agentes de ICE llegaron y tocaron a la puerta de su casa, ubicada en la calle Burton SW en Grand Rapids.
Mario Martínez, de Grand Rapids, en entrevista con este medio de comunicación, dijo que fue alrededor de las 6:40 de la tarde el 2 de agosto que escuchó que alguien tocaba fuertemente a la puerta de su casa donde también viven sus cuatro hermanos, todos ciudadanos americanos, y que se asomó por la rendija de la puerta para ver quién era.
Al asomarse dijo que vio a dos agentes del Departamento de Inmigración (ICE sus siglas en inglés), vestidos en camisas verdes “estilo “Polo” con chalecos antibalas, lentes obscuros y gorras de béisbol color azul marino.
“¿Quién es?”, dijo el joven que les preguntó, sin abrir la puerta.
“Es la policía”, dijo que respondió uno de los agentes.
“¿Quién?”, dijo que volvió a preguntar.
“El gobierno americano”, dijo Martínez que respondieron.
Dijo que preguntó una vez más, cuando el agente de inmigración le contestó, esta vez en un tono enojado, “¡Te dije que era el gobierno, Homeland Security!”
“¿A quién buscan?”, dijo el joven mexicoamericano que les preguntó.
“Queremos verificar quién vive en la casa, estamos buscando a la persona que la alquila”, contestó el agente de ICE.
“Díganme el nombre de la persona que buscan y yo les digo si vive aquí o no”, dijo Martínez que le respondió.
Dijo que el agente le volvió a pedir que abriera la puerta varias veces más, que quería ver con quién estaba hablando, pero que no le abrió y que le dijo, “Pero yo no quiero verte a ti”.
“¿Cuál es tu nombre?”, luego dijo que el oficial demandó saber y que, al quedarse callado, el agente dijo, “Vamos a regresar con una orden judicial” y vio cuando los agentes se subieron a una camioneta GMC Yukon, con ventanas ahumadas, parachoques como los vistos en las patrullas, y luces en el espejo retrovisor como las que la policía prende de noche.
Cuando le preguntamos a Martínez, quien parece haber hecho todo lo que abogados y activistas recomiendan hacer cuando agentes de inmigración toquen a la puerta de las casas de los inmigrantes, cómo supo actuar de la manera en que actuó, dijo que en el pasado había visto información sobre el tema en las redes sociales y el Internet.
“Gracias a él nos salvamos, porque si no hubiera reaccionado de la forma que reaccionó, nos hubieran llevado a todos”, dijo su madre quien no quiso dar su nombre por razones obvias.
La mexicana dijo que se espantó mucho porque sus hijos no cuentan con pasaportes en caso de que tenga que salir del país. Dijo que ahora reconoce la urgencia, y que ha hecho las preparaciones para obtener los pasaportes y las cartas de poder para sus hijos, para que, en una emergencia, tenga a alguien que pueda hacerse cargo de sus hijos y luego mandárselos a México.