¿Existe la probabilidad de que la falla de San Andrés ocasione la separación de la masa continental? ¿En realidad es posible que ocurra un fenómeno de tales proporciones?
Según han revelado los expertos de sismóloga del Servicio Geológico de los Estados Unidos, las tasas de terremotos son bastante variables, se estima que han pasado casi dos décadas en las que no ha habido muchos terremotos en California, pero eventualmente se verán un cambio drástico en las tasas de terremotos.
Los científicos son conscientes de que parte del sureste de EE.UU y noroeste de México es una zona sísmica, pues comparten el territorio con la falla de San Andrés, la cual marca el límite entre la placa del Pacífico y la placa de Norteamérica y ésta se extiende a través de 1.300 kilómetros aproximadamente, sobre los estados de California, en Estados Unidos, y en Baja California, en México.
Aunque a veces es imperceptible, miles de pequeños sismos ocurren en California cada año, lo que proporciona a los científicos indicaciones sobre los lugares donde las fallas cortan la corteza terrestre.
Una explicación al sistema de fallas de San Andrés indica que es el resultado de que la placa del Pacífico se mueva hacia el noroeste a la par de la placa de Norteamérica. Además, también detalla que la mayoría de las fallas del sur de California son de deslizamiento, por lo que se mueven paralelas entre sí en dirección opuesta.
La mayor preocupación que supone la falla de San Andrés se encuentra en su extremo sur, ya que se tienen registros de su actividad sísmica cada 150 años. Pero actualmente han pasado 300 años sin que esta parte haya tenido un movimiento realmente fuerte, por lo que la acumulación de energía podría ocasionar uno de los terremotos más devastadores de la historia.
En Estados Unidos el «Big One», es un terremoto hipotético de magnitud mayor a 7.5 y el cual ocurriría a lo largo de la propia falla de San Andrés y afectaría a ciudades como Los Ángeles, Palm Springs y San Francisco.
Los científicos indican que el extremo sur de la falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran terremoto en los próximos 30 años.
Thierry Calmus, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, señala que la población debe mantenerse tranquila, pues no es algo que pudiese ocurrir pronto. “A escala geológica podría suceder, pero a la velocidad referida alcanzaría un desplazamiento de 40 km dentro de un millón de años. Faltarían decenas de millones de años para que se desprenda, si es que llegara a hacerlo», aseguró.
Los expertos afirman que la posibilidad de un terremoto con consecuencias devastadoras se mantiene latente, ya que sólo es cuestión de que se libere la energía acumulada, resalta el hecho de que en la actualidad el movimiento de la falla de San Andrés aún no tendría consecuencias tan grandes sobre la masa continental.
Mientras tanto los recientes terremotos en California no están relacionados con la famosa falla de San Andrés; los expertos explicaron que los epicentros sucedieron en otra sección del país bastante lejos de dicha falla.