Por Maria G Erazo
Vivimos en un mundo donde las cosas han cambiado en su manera de ser y estar. Dependiendo en el año que naciste has visto una gran transformación en nuestra economía y finanzas. El mundo está cambiando hacia lo que llaman los expertos “Economías Colaborativas”. Según la enunciación científica la economía colaborativa se define como una interacción entre dos o más sujetos, a través de medios digitalizados, que satisface una necesidad (no necesariamente real), a una o más personas. ¿Qué quiere decir esto? En una manera más simplista de verlo: las personas están solucionando sus problemas a través de pantallas.
Recuerda cómo las cosas se veían 15 años atrás. Las personas acumulaban bienes y trabajaban en una oficina, en el campo o en un establecimiento de 8 a.m. a 5 p.m. Subían la escalera corporativa durante años con gran esfuerzo y tenían acceso a las cosas que solamente podían pagar o según su nivel socioeconómico. ¡Las cosas ya no son así! Ahora con una economía colaborativa, las personas trabajan desde casa, compran y venden desde sus teléfonos y ya no adquieren los bienes que necesitan, sino que solo los alquilan cuando los necesitan. Negocios o empresas como Uber, Airbnb, RabbitTask, etc. No existían y mucho menos era rentable con la limitación de la tecnología años atrás. Hoy en día, los ‘millenials’ piensan más en crear una nueva aplicación en sus teléfonos que les genere dinero en vez de trabajar por 10 años en la misma empresa. Nuestros hijos crean contenido día a día por todas las redes sociales. Las personas piensan más en viajar y conocer otros lugares, porque las aplicaciones los conectan con otras personas alrededor del mundo donde pueden dormir, comer y pasear a través de un click.
Las economías colaborativas están creando una cultura de confianza en nuestra sociedad. Confiamos a través de un rating de estrellas y compramos de acuerdo a los testimonios y fotos que vemos de otros usando un producto. Más que resistir el cambio, debemos saber cómo aprovechar y disfrutar la era en la que vivimos con mucha responsabilidad social. Usemos las tecnologías y la economía colaborativa como una herramienta para alcanzar mas, influir positivamente a otros y ayudar al prójimo.