Editorial por Luis Molina
Esta semana en la ciudad de Kentwood sucedió una terrible tragedia en la que una niña de 12 años y una jovencita de 19 años murieron asfixiadas por un incendio después que la casa donde dormían se incendió.
Esta fue una noticia que conmocionó a toda la comunidad latina, se llora la pérdida de dos valiosas vidas, dos vidas que apenas comenzaban y que tenían mucho futuro por delante.
Las autoridades revelaron el motivo de este terrible incendio, un calentón eléctrico fue lo que ocasionó este voraz incendio en la madrugada mientras la familia dormía.
Cuando publicamos la noticia muchas personas comenzaron a opinar y hasta se culpaba a los padres de por qué no sacaron las niñas, pero la realidad es que no somos nadie para juzgar.
Lo que si queremos hacer es crear conciencia en dos cosas. Primero que cada año siguen muriendo personas a raíz de este tipo de calentones que son un arma silenciosa que siguen cobrando la vida de cientos de personas en el mundo, por lo tanto, sería bueno considerar no usar este tipo de calentón en casa o por lo menos en la noche no usarlos más.
Otra de las cosas es que un familiar de la familia afectada le dijo a El Informador que en la casa no tenía ninguna alarma contra el fuego y eso es algo que nos debe poner a pensar y revisar nuestros hogares y si no tienen alarmas contra el fuego hay que tomar cartas en el asunto y ponerlas de inmediato.
Muchos cometemos el error de quitar las alarmas de fuego en nuestro hogar cuando estamos cocinando por el simple hecho de que suenan y son molestas y nos olvidamos de ponerlas de nueva cuenta y tristemente niños han muerto en el pasado por el descuido de los adultos, las armas de fuego están para salvar vidas.
Como medio de comunicación les mandamos nuestras más sinceras condolencias a las familias que perdieron sus hijas y deseo que Dios les dé el consuelo que tanto necesitan en estos momentos.
