Editorial por Luis Molina
No soy un constructor de casas, pero no necesito serlo para opinar de este ramo de la construcción ya que he remodelado decenas de casas con la ayuda de diferentes personas, algunas muy buenas y muy responsables en su trabajo, pero también me ha tocado ver y conocer gente muy irrealizable.
Independientemente del trabajo, labor o profesión que uno realice, cada ser humano debería hacer lo mejor que se pueda, aunque sea el simple hecho de limpiar un baño. Y con esto no estoy demeritando a la gente que hace este trabajo sino solo poniendo un ejemplo de que cuando se quiere hacer un buen trabajo se hace.
“Hay se va, como quiera ni cuenta se van a dar, al cabo es hispano el dueño de la casa” estás y otras frases me ha tocado escuchar a diferentes personas en particular en el ramo de la construcción y la realidad es que este tipo de personas nunca llegan a crecer en sus compañías a causa de su misma actitud.
Algunos dueños de estas empresas andan en demandas por no hacer bien el trabajo. Es triste, pero muchos se dedican a estafar y robar.
Algunos son tan descarados que cobran la mitad del trabajo y solo trabajan un día o algunos ni un día y se van con el dinero.
Por otra parte, hay otros que hacen mal trabajo y ni cumplen con lo acordado y solo hacen mal los trabajos.
Mi consejo es que si usted busca quien le haga un trabajo busque personas responsables y con buena reputación. Empresas o así sea personas que sean recomendadas y que su trabajo hable por ellas.
Muchas veces escuchamos el dicho que dice que “lo barato sale caro” y es muy cierto. A veces la gente también quiere lo barato y aprenden por la mala que lo barato sale caro y terminan pagando mucho más.
Hoy en día no todo el mundo es honrado y confiable. Por eso la próxima vez que usted contrate a alguien para un trabajo asegúrese que sea alguien de confianza, responsable y que su trabajo hable por sí solo.
