Editorial por Héctor Loya
Violencia, armas, asesinatos y masacres colectivas se están convirtiendo en el pan de cada día, y lo peor del caso es que ya no existe respeto por la vida. Asesinatos masivos, tiroteos colectivos, dementes que atentan contra la vida de personas en escuelas públicas, centros comerciales, centros de entretenimiento y demás, y para colmo de las cosas personas bien jóvenes que tienen ya sus mentes retorcidas por sentimientos de odio, racismo, prejuicios, sentimientos que se han cultivado gracias a la falta de una buena educación y de valores tanto familiares como sociales.
Para vergüenza de muchos en este país gran cantidad de padres se conforman con que las niñeras, la televisión, el internet y los videojuegos se hagan cargo de sus hijos mientras que ellos siguen su vida de manera ordinaria sumidos en sus trabajos, las redes sociales o en el internet y jamás prestan la atención que los hijos merecen. Esta falta de atención es el resultado de un desarrollo mal sano en los niños.
Pero no solo los padres tienen responsabilidad y culpa, también los medios de comunicación, ya todo mundo tiene acceso fácilmente al internet o a un dispositivo móvil en el cual no se restringe en lo más mínimo lo que un niño pueda ver, y al no prestar como adultos atención de este aspecto los riesgos que se corren son mayores.
La falta de morbo, censura y de escrúpulos han convertido a muchos medios de entretenimiento en algo perjudicial para los menores.
Qué pena es ver a padres de familia grabando a los niños manipulando armas con tanta facilidad y que los adultos les aplaudan, esto es un gravísimo error que va acompañado de comprarles armas de juguete, que, aunque sean juguetes no dejan de ser armas que solo incitan el gusto por las de verdad y facilitan su manejo, porque déjenme decirles que las armas de juguete se usan igual que las de verdad con los mismos mecanismos y funcionamiento.
Aparte la tendencia en videojuegos, ya sea tanto para las consolas como en tablets y celulares son juegos de este tipo de maniobrar un arma y matar a tus adversarios, juegos que incluso se pueden hacer en línea con otros usuarios, mismos de los que los adultos no están al pendiente.
Qué lástima que un país con tanto potencial para que los hijos crezcan y se desarrollen de la mejor manera se desenvuelvan de esa forma, aún es tiempo de recuperar lo perdido y educar en valores, prestarles a los hijos la atención que realmente merecen porque el futuro de ellos de eso dependerá.