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Maquilla a los muertos desde que era muy chico

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Saúl Martín Jacobo en la funeraria donde ejerce el oficio de embalsamador en la ciudad de Navojoa, Sonora; México.

Por Roberto Espinoza / El informador

(El Informador / USA).- Por más de 23 años, Saúl Martín Jacobo se ha dedicado a dar una apariencia de tranquilidad y paz a los rostros de las personas que fallecen, empleo que asegura es muy gratificante al poder ayudar a los familiares de las víctimas a aminorar el dolor que sienten tras la pérdida del ser querido.

El joven Navojoense asegura que inició cuando tenía 17 años de edad y actualmente es embalsamador, asistente de médico legista en autopsias y tiene una especialidad en reconstrucción facial.

«Todo eso nosotros lo transformamos, arreglamos su rostro y la inyección que ponemos lleva colorantes para pigmentar la piel entonces parece como si fuera natural, como si estuviera dormido y tranquilo, más que nada nuestra función es dar el aspecto de tranquilidad para que su familia no sienta tan duro el golpe», indicó.

Explicó que a pesar de dar el mismo trato digno a los cuerpos, le tocó embalsamar a su abuelo, tíos y amigos; lo cual fue duro para él, pero a la vez gratificante al saber que los atendió con el mayor de los cuidados.

Declaró que al recibir un cuerpo en la plancha, el respeto y trato digno siempre tiene que prevalecer ya que son personas, padres, hijos o hermanos que en un momento tuvieron vida.

«Tengo mucha experiencia pero lo que aún me causa mucha tristeza es cuando tengo que preparar a niñas, soy padre, tengo niñas pequeñas y no puedo evitar imaginarme que un día ellas pudieran estar así», señaló.

El Navojoense dijo que a pesar de no ser uno de los empleos mejor pagados, se encuentra satisfecho con lo que gana, además de que solo hay 4 personas que ejercen el oficio en todo Navojoa.

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Mencionó que la tasa de mortandad en Navojoa es de aproximadamente 120 personas por mes y en la funeraria donde es gerente, atienden alrededor de 50 muertos cada 30 días.

Saúl Martín informó que al fallecer personas en accidentes es común que presenten fracturas en el rostro y en esos casos tiene que reconstruir la cara de los difuntos para dar el aspecto de tranquilidad que los familiares quieren.

Dijo que en su carrera, solo ha tenido 3 quejas de su trabajo, sin embargo en los miles de personas que ha atendido, la satisfacción siempre ha estado presente.

Finalmente comentó que la muerte es un proceso natural por el que toda persona pasará y mientras viva seguirá realizando este trabajo que pocos se atreven a hacer, hasta el día en que sea él, a quien se le toque atender.